¡La cuesta de enero!

Publicado el 19 enero 2015 por Germán Portillo Fernández @AspectosMA


La cuesta de enero, esas fechas en las que la gente acaba “harta” de navidad y con los bolsillos vacíos. Gastar, gastar y gastar, permitirse lujos, todo eso se ha acabado. Si se quiere empezar el año bien se debe de empezar a ahorrar. Como dice el dicho “quien guarda siempre tiene”. ¿Cómo podemos solventar el mes de enero y parte de febrero y que nuestro bolsillo salga ileso?

Recordemos que mientras menos consumamos productos menos daño hacemos al medioambiente. Si la demanda es menor, la oferta consigo también será menor, por lo que se gastarán menos recursos y se contaminará menos durante su fabricación. A principios de año llegan las subidas de precio, las tarifas y se incrementa el coste de las cosas. Las facturas, el transporte público, todo incrementa y quien lo sufre somos nosotros. El haber tenido excesos de gastos en navidades ahora nos pasa factura y con las rebajas de ropas y demás nos tientan aún a comprar más para poder aprovechar la situación.
Cuando compramos en un supermercado, la sensación que tenemos que cada vez cuesta más llenar el carrito de compra y tenemos menos artículos es cada vez mayor. Nos pasa como con la gasolina, tendemos a gastar el mismo dinero, sin embargo entran menos litros de combustible al coche.
¿Cómo podemos solventar estas cosas y a la vez, de manera automática, contribuir al bienestar del medioambiente?
Lo primero es planificar y controlar los gastos en casa. Se debe de ser consciente de lo que se gasta y lo que se gana. De esa manera podremos controlar mejor el presupuesto familiar. Es aconsejable saber priorizar los gastos en la casa acorde con las necesidades domésticas del día a día. Es mejor reducir los gastos innecesarios. Si se analiza la economía familiar, seguro que existen gastos de los que podemos prescindir.

Por otro lado, hay gastos fijos que no pueden suprimirse porque corresponden a necesidades básicas como la luz, el gas o la electricidad. Sin embargo, podemos reducirlos con un consumo responsable. Utilizar bombillas de bajo consumo, apagar los aparatos para que no consuman en stand by, no abrir las ventanas con la calefacción en marcha o apagar las luces al salir de una estancia de la casa son algunos ejemplos a seguir si queremos reducir esos gastos obligatorios. 
A la hora de hacer la compra, es muy recomendable pagar en efectivo en vez de con tarjeta. De esta manera controlamos mejor el gasto. Cuidado con las rebajas de enero y no te dejes llevar por el consumismo y los precios bajos ya que te harán comprar cosas que no te son necesarias simplemente porque son baratas. Para ello es mejor comparar precios por internet en distintos establecimientos. Parece una tontería, pero se puede gastar un poco de tiempo en un día y planificar bien las cosas. Si de verdad nos preocupa el dinero debemos de hacer estas cosas que parecen pequeñas e insignificantes.

Por último, implicar a toda la familia es clave, ya que uno solo no puede arreglar el gasto del resto. Para que podamos solventar esta cuesta de enero es esencial que toda la familia siga estos consejos. Con el dinero que nos ahorremos de todo esto, podremos tener el mes de febrero algo más desahogado y acostumbrarnos a los nuevos precios y modo de vida.