2014 fue un año histórico para el Real Madrid, jalonado con títulos, cada uno con su correspondiente nivel de importancia. Todo hacía indicar que 2015 podía afrontarse como una continuidad del anterior, en el mercado de verano el equipo se había reforzado correctamente, la mayoría de las estrellas están cercanas a la edad de su máximo rendimiento y Ancelotti era el entrenador que había logrado llevar la paz a los distintos estamentos que forman parte del entorno blanco. Sin embargo, desde nochevieja, casi todo han sido malas noticias en el Bernabeú, alargando hasta febrero su particular cuesta de enero.
Casillas sigue sin ser un portero de primer nivel, la mejoría en defensa había tapado, por momentos, esta carencia pero, cada vez que se ve exigido, el capitán muestra sus debilidades. Llegaba la competencia de Keylor Navas pero el costarricense conoce mejor el banquillo del Bernabeú que la portería del mismo estadio. Llegan rumores de una superoperación que traería a De Gea de vuelta a Madrid.
Para cualquier equipo perder a sus 2 centrales titulares es un contratiempo pero para el Real Madrid puede ser una catástrofe. A lo relatado en el punto anterior, se suma que el tercer central, Varane, a pesar de su gran calidad, entra poco en la rotación y se encuentra falto de minutos, es muy joven, todavía, le falta entidad para liderar la zaga blanca y se encuentra más cómodo junto a jugadores veteranos como Ramos o Pepe. Nacho es un jugador cumplidor, no exento de calidad, pero no deja de ser un parche. Que tuvieran que jugar juntos en el Calderón era demasiada responsabilidad para esta novedosa pareja. Se podría defender que el Real Madrid tendría que tener 4 centrales de primer nivel, lo cierto es que, si se rota poco, como lo hace Ancelotti, la posición de tercer central tiene sus opciones, ya que es una demarcación que exige gran desgaste (esta temporada Varane lleva unos 1500 minutos entre todas las competiciones), pero el cuarto central apenas ha tenido 3 oportunidades de partir como titular en el puesto de central, demasiado poco como para tener a un jugador de primer nivel ahí.
La baja de Modric supone la ausencia de pegamento entre la defensa y la delantera. El croata, erigido en uno de los mejores centrocampistas del momento, sostenía el centro del campo del Real Madrid. James e Isco le suplieron bien, con grandes actuaciones y la sensación de que podían paliar la situación pero la confirmación de la lesión del cafetero ha supuesto el remate en esta zona tan importante. Khedira e Illara, casi apartados por Ancelotti, no se encuentran en la forma adecuada para dar respuesta a la necesidad actual, quizá ni sean los jugadores adecuados, aunque esto sería tema para otro debate.
La delantera vive en constante lucha contra sí misma. Los 3 integrantes principales deben mantener unos números que justifiquen sus contratos. Benzema es un excelente jugador de fútbol, pero no es un goleador regular, en tiempos de crisis se le pide que tire del carro goleador pero no es su función. Bale no termina de encontrar su sitio, hace números porque es un jugador excepcional pero en la banda derecha pierde gran parte de su potencial, juega desconectado y con ansiedad. Cristiano Ronaldo, tras su nuevo Balón de Oro, no ha vuelto a mostrar su indudable clase, es otro jugador que se ha desconectado, con expulsión incluida, sale en la prensa más por temas de su vida privada que por deportivos, necesitarán una versión mucho mejor del portugués para salir de esta situación.
En conclusión, se mantiene el liderato en BBVA, hay que jugar una eliminatoria de Champions asequible ante el Schalke 04 y se ha quedado eliminado de la Copa del Rey, ante el equipo que peor se le da, el Atlético de Madrid. Este mes de enero largo, puede servir como advertencia de las cosas que hay que mejorar o puede suponer el comienzo de una crisis más profunda.