La culpa es de un chorizo (asado)

Publicado el 20 octubre 2017 por Icastico

A partir de ahora es mi intención evitar que la pira gallega caiga en el olvido poniendo mi granito de arena. Seré una mosca cojonera. Si pierdo lectores en esta empresa, lo sentiré. Si los mantengo o los gano y me ayudan, nunca lo olvidaré. Hoy por ti, mañana por mi. Hay que romper la ‘dinámica estática’. Por supuesto, toda ayuda será bien recibida. La foto de la cabecera es del magnífico humorista gráfico Davila, gallego hasta las cachas, como se dice por aquí. Hago extensivo mi dolor a Portugal, la tierra de mi madre, y a Asturias, la de mis queridos primos hermanos. Le deseo a mi presidente que tenga la conciencia limpia y tranquila. Si no es así aún está a tiempo de repararla.

Desde ya pongo una vela a la memoria de los gallegos. Por favor, acordaos a la hora de votar. Las urnas pueden evitar muchos fuegos, impedir que lleguen a nacer. No dejemos que lo vivido y sufrido no valga para nada. Toca convivir, una vez más, con la mueca espantosa de un país torturado y llagado. Con unos malditos bastardos que han dejado todo quemado y bien quemado. Nosotros rezaremos para que no vuelva a ocurrir. Otros implorarán que pase el tiempo –ese que calcina la memoria– para obtener la redención y volver, estos sí, a olvidarnos sin piedad.

Empiezo con un chiste. Una mujer se va a una iglesia a formular un ruego. Virgencita virgencita, solo te pido tres cosas: Que mi marido no me engañe. Si me engaña, que yo no lo sepa. Y si lo sé, que no me importe. Póngase PP donde dice marido y tenemos la idiosincrasia nacional.

Fejóo ha empezado a disparar con pólvora del rey, a soltar la pasta que no es suya. Ayudas a los que no tenían seguro. Con el Prestige se regó a todo cristo y el PP tuvo mayoría absoluta. Da que pensar. Ahora hablan de repoblar ¿eucaliptos y pinos para favorecer a los mismos? ¿Vamos a alimentar el monstruo? Somos así.


Emulando a Aznar diría que los que idearon el terrorismo incendiario en Galicia no están ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas. No creo que en mi tierra se celebre un congreso anual de incendiarios ni que padezca una epidemia de ellos que nos distinga de otras comunidades. Tiene que haber una explicación a tanta locura. Aunque no nos guste debemos encontrarla.

El 99% de los incendios de Galicia tienen causas humanas y el 75% son intencionados. Intuyo que entre los últimos se esconden intereses hijos de la especulación, del capitalismo salvaje que asola el planeta. Desde 1991 han ardido cerca de 700.000 hectáreas. Siete mil kilómetros cuadrados, casi el 24% de la superficie gallega. Cuando residía en Vigo vi desde mi casa cómo durante años ardía un área concreta de Domaio, al otro lado de la Ría. Ahora hay allí un campo de Golf con preciosas vistas. En Baiona, que casualmente fue acorralada por el fuego estos días, está proyectado otro. En su día escribí sobre un proyecto de megaminería contaminante que amenazaba a Costa da Morte. Algo así como un nuevo Prestige. Debe haber algo de verdad en mi visión negativa; en 2016 hubo 200 activistas asesinados en el mundo por defender el medio ambiente.

Me acuerdo cuando el actual presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, decía que con el anterior gobierno moría gente y con él no. Incluso frivolizó con los incendios de 2006, año también duro. Se hizo una foto con una manguera y sus zapatos Sebago simulando apagar un fuego. Ahora tiene cuatro muertos en la mesa. No le gustan las críticas que le están cayendo de la oposición. Dice que él no culpa de los incendios a ningún partido político. Hace días despidió a 436 brigadistas asegurando que no afectaría a la lucha contra el fuego. En la zona atlántica el riesgo bajó de forma evidente, dijo. Cuatro días después Galicia era un barrio del infierno. Queda por saber quién era el Diablo. Volvieron a llamar a los brigadistas pero los vehículos habían sido devueltos junto con herramientas, equipos de protección y las emisoras desmontadas. El mismo día del desastre no estaban operativas ni el 20% de las brigadas.

La reacción del presidente tras la catástrofe fue comprar espacios en varias cabeceras de prensa para difundir su discurso centrado en la tesis del terrorismo incendiario. Es su Séptimo de Caballería, la prensa bienpagá, no falla. Tenemos que leer que Feijóo fue duro en sus declaraciones, que Galicia no merece este dolor, que no arde sola, que la queman, que los terroristas no nos representan (vaya chorrada, ¿nos representa él?) y que está harta de verse amenazada cíclicamente por incendiarios. Aquí hago una parada, obligado por el cíclicamente. El PP lleva gobernado desde 1990 con mayoría absoluta, salvo el tramo 2005-2009, o sea, 23 de los últimos 27 años. Tiempo en el que, repito, han ardido setecientas mil hectáreas. Feijóo, concretamente, gobierna desde 2009. ¿Que se ha hecho al respecto bajo este dominio aplastante? Solo desde el pasado día 15 han ardido ¡35.000 hectáreas!, tanto como los tres últimos años juntos. Los palmeros mediáticos salen al rescate: “la rápida reacción del gobierno gallego EVITA MALES MAYORES”. Esperpéntico. ¿Males mayores?, ¿Chérnobil?, ¿Fukushima? La prensa es un cártel de los más dañinos.

Su argumentario siempre es el mismo. Echar la culpa a todos menos a él. Este año se sacó de la chistera el terrorismo incendiario. El que viene será el sicópata del fuego. Renovarse o morir. Culpó incluso a Portugal porque los incendios de allí habían cruzado el río Miño. Impresentable. Sus declaraciones son una charlotada, perogrulladas, el discurso de un político ineficiente. Hubiese preferido su dimisión. La responsabilidad bien entendida empieza por uno mismo. En Portugal, por cierto, dimitió una ministra. Aquí ese verbo se desconoce. Todos los años saldamos el tema con un par de detenidos, exhibiéndolos en los medios, como en 2016. Acabo de ver el detenido de 2017, recién pillado, estaba el pobre hombre asando chorizos. Feijóo respira, estos pagarán un año más los platos rotos y la inacción de sus ocho años.

Como agradecimiento a esa gente que luchó hasta la asfixia para salvar lo que se podía les paga con su ausencia en el Parlamento Gallego el día que había que dar la cara. Trae a la ministra Tejerina, de agricultura y pesca, a decirnos que tenemos el ‘mejor aparato’ del mundo mundial en lucha contra incendios mientras los paisanos no ven más que cenizas a su alrededor, hay que ser torpe. Eso sí, las cadenas públicas TVE (nacional), TVG (gallega), ambas en manos del PP, ninguneaban la realidad. La 1 emitía un programa de Carlos Herrera, seguido de una película. La TVG comenzó a informar cuando ya había víctimas. Es que también se paga por silenciar.

Blanco y en botella. Estando ardiendo Galicia, el PP aprobó la Ley de Fomento de la Implantación de Iniciativas Empresariales en Galicia, conocida como Lei de Depredación. Simplifica los trámites administrativos de supervisión ambiental y patrimonial para diferentes proyectos empresariales, concretamente en el ámbito de la minería, instalación de generadores eólicos y en la explotación forestal del monte. Reduce la capacidad de los ayuntamientos para decidir ante grandes proyectos empresariales y facilita la expropiación de tierras en beneficio de estas actividades. Significa una desregulación completa, elimina muchas precauciones ambientales, actúa en contra de los derechos de los administrados. Expertos y activistas advierten de los efectos perjudiciales que pueden tener en el medio rural y, en última instancia, en la ordenación y gestión sostenible del territorio. Esta propuesta de ley ahonda en un modelo que causa el abandono y el envejecimiento del medio rural, aumentando el riesgo de incendio. El modelo de capitalismo de amiguetes, reduce la transparencia y evita que las pequeñas empresas gallegas compitan en libre competencia con otras. Puede ser el salvoconducto para la permanencia de ENCE, legalizar el campo de golf de Bayona, construir la gran área comercial de Porto Cabral o explotar la mina Touro. ¿Les suena lo de la mega minería? Y es que el negocio del fuego también tiene puertas giratorias.

Lo más explícito que he visto hasta el momento para entender tanta locura es un artículo de Xavier Vázquez Pumariño (gracias, Lourdes) en el que directamente habla de la industria del fuego en Galicia. “Yo siempre digo que la mafia está en el DOG” (Diario Oficial de Galicia, el equivalente al BOE, Boletín Oficial del Estado). ¡Qué miedo! El enemigo en casa. En el gobierno.

Resúmen de DavilaFeijóo de cachondeo en 2006

Cuatro víctimas mortales. Dos mujeres en ese coche (Nigrán)

Un paisano de OurenseLlantoBuscando algo de pastoImpactante foto de Salvador Sas: Un madre ‘rescatando’ a su cachorro calcinadoPantomima: comprando cabeceras de prensa. Hasta otro año.