A través del blog Toro, torero y afición, encuentro este artículo del crítico taurino Juan Cruz Gastón, que con el título “La revolución” se ha publicado en el Diario de la Rioja. Les recomiendo su lectura, no tiene desperdicio. Copio algunos párrafos del mismo:
“No es la primera vez que me pregunto lo que está sucediendo en este complejo mundo del toro y del toreo. Siempre encuentro la misma respuesta. La culpa la tenemos todos pero la principal, yo lo creo así, la tenemos los aficionados y por qué no decirlo, los profesionales de la pluma, del micrófono y de la tele. No todos, me refiero a los paniaguados, a los que están en la 'nómina' de los toreros figuras, los que cantan como extraordinario lo que es vulgar, los que magnifican la labor del torero pagano para los que siempre tiene la culpa el toro. La historia escrita de la fiesta de toros siempre ha tenido defensores y detractores. Los antitaurinos no son un invento reciente. Reyes y papas condenaron y suprimieron la 'salvaje' fiesta de toros, pero no consiguieron erradicarla porque venía de la propia entraña de la España culta, inculta y diferente.
Si escribo que la principal culpa la tenemos los aficionados es, sencillamente, porque hemos tolerado en la plaza, poco a poco, como hacen los nacionalistas, la disminución de la bravura del toro; porque hemos tolerado tropelías como el afeitado o la droga, los que hemos censurado a esos grupos reducidos de aficionados puristas, exigentes que protestan airadamente lo que consideran, no siempre con razón bajo mi punto de vista, que no merecen ver por el precio pagado. Esos grupos que eran los que marcaban el camino bueno para la fiesta casi han desaparecido. Las empresas veían como enemigos de sus intereses a esos grupos, que estaban en todas las plazas y ferias importantes, e hicieron todo lo posible por erradicarlos. ¿ Y ahora qué? De qué nos quejamos si nosotros mismos tenemos parte de culpa.”