La culpa la tiene la vaca

Publicado el 07 febrero 2016 por Elistmopty

Rodolfo Sabonge 07 feb 2016 - 00:19h

La historia cuenta que un viejo maestro deseaba enseñar a uno de sus discípulos la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de conformismo y mediocridad y no logran superar los obstáculos que les impiden triunfar. Y concluye con la reflexión de que cuando tienes poco, lo poco que tienes se convierte en una cadena que no te permite buscar algo mejor. El conformismo se apodera de tu vida. Sabes que no eres feliz con lo que posees, pero tampoco eres totalmente miserable. Estás frustrado con la vida que llevas, mas no lo suficiente como para cambiarla. La historia completa la pueden leer en http://rualonso.blogspot.com.co/2013/03/la-leccion-de-la-vaca-camilo-cruz_8400.html?m=1

Existe mucha similitud con la situación de nuestro país. Hemos tenido una vida mejor que la de muchos, por lo que nos sentimos conformes. Crecimiento económico más alto de la región, rascacielos, Metro, y muchos piensan que, por eso, estamos bien. La triste realidad es que nuestro país tiene demasiado potencial para conformarnos con lo poco que tenemos. Este es un país en el que no debía haber pobreza, un país en el que todos debían contar con la mejor educación y los mejores servicios públicos.Durante muchos años nos quejamos de que no podíamos alcanzar nuestro potencial porque no teníamos plena soberanía ni el control sobre el Canal y sobre nuestra posición geográfica. Enfilamos todos los cañones en la lucha para que eso cambiara; el 31 de diciembre de 1999 culminamos esa lucha al recibir el Canal, el ícono por excelencia de nuestra privilegiada posición geográfica. Pero la realidad es que no hemos sabido aprovechar las ventajas competitivas que Dios nos ha dado.Aparte del Canal y los crecientes aportes que ha hecho al Tesoro Nacional, el resto del país parece que se hubiera conformado con eso. Vemos temas tan importantes como la crisis de la Zona Libre, y lo único que se escucha es el clamor porque se bajen más los impuestos, como si dependiera del gobierno el que la Zona Libre mejore su competitividad. Como país, decidimos invertir en la ampliación del Canal y nos hemos conformado con esperar el aumento en los ingresos que debe generar el tránsito de buques más grandes en concepto de peajes.En otras palabras, la culpa la tiene la vaca. Somos ciudadanos de un país que no pensamos en grande. No sabemos lo que valemos, y los únicos que realmente lo saben son los concesionarios que vienen de otros países a establecerse, como dueños y señores de nuestras ventajas competitivas. Nos conformamos con la bicoca que nos quieran dar, y buena parte de esa bicoca queda en intermediarios y traficantes del poder.En este mundo globalizado en el que la velocidad es clave para mantenerse en el juego, tenemos que acelerar el paso. No podemos dejar que los intereses de pocos frenen el futuro de la colectividad. Tenemos que empujar la vaca y repensarnos. Buscar la forma de superarnos y salir del conformismo. En su momento, la transferencia del Canal pudo servir como ejemplo a seguir en lo que se refiere a mejores prácticas, a mejorar la transparencia, aprender lo bueno de la meritocracia, de los procesos y de las ventajas que nos ofrece la planificación.Lo que hemos visto recientemente es lo contrario, las fuerzas del conformismo tratando de obligar a la ACP a someterse a los designios de la política partidista y a la miopía. Cada vez se escuchan más los cantos de sirena que le llaman la atención a la ACP por aspirar a diversificar su modelo de negocios. Rejo con esa entidad rebelde que aspira a ser más que una entidad pasabarcos…“Total, si tuvo problemas con el megaproyecto, eso la descalifica para hacer otras cosas”.El hecho cierto es que el futuro de nuestro país sigue estando, por ahora, en el aprovechamiento de su posición geográfica. La globalización no ha hecho más que potenciar ese futuro. Pero tenemos un ancla que nos mantiene inmóviles: nuestro conformismo. La culpa la tiene la vaca.¡Superemos los escollos mentales!