Las palabras de la cabecera no son una forma de recalcar la realidad del vecino que va con camiseta de tirantes en enero para lucir bíceps o el relato de las andanzas amorosas del amiguete que salió anoche: se trata del inicio de la frase con la que empieza y también acaba la última producción del siempre notorio Guillermo del Toro. La Cumbre Escarlata supone la vuelta del magnífico realizador tras la cámara, que lo esperaba ansiosa de su personalidad tras la imbecilidad aquella llamada Pacific Rim, que supuso un paréntesis inexplicable en su trayectoria de creador de fantasías imposibles con truculencia preciosista.
Los intérpretes principales (especialmente la Chastain, que aterra como debe ser, sin histrionismo y con una gran presencia) hacen brillar un interesante trío de pretendiente de noble cuna y arruinado, su particular hermana y la pretendida chica rica, sensible escritora de buen ver, encarnada por una Wasikowska ligeramente lánguida que va aumentando poquito a poco su convicción, quizá venida arriba por el clímax final, bastante exagerado y con un aire de despiporre a lo Álex de la Iglesia que nos hace pensar que a Del Toro se le ha ido el asunto de las manos. Sin embargo, hasta ese punto, la trama se agranda con la inquietud visual y auditiva del género y sus misterios evidentes, que van revelándose como se espera y cuando se debe, pero sin restar merecidos aplausos a una brillantísima estética general cuyos elementos destacados son el grandioso vestuario y la impecable ambientación de principios del siglo pasado.
Hablando de reparto y ambientación, resulta imprescindible en este momento mencionar que la impresionante mansión familiar inglesa decadente y casi en ruinas en donde se desarrolla la segunda mitad del metraje (la primera, la de “la caza”, se enmarca en Estados Unidos, de donde es natal la chica rica) es un personaje más en la película. Y no se trata de un personaje cualquiera, sino de uno al menos tan importante como los intérpretes de carne y hueso o los fantasmas (no hay que echar a perder la historia, pero tampoco tomar al respetado lector por tonto). Y como pueden imaginar, los susodichos habitantes espectrales de esta obra se llevan gran parte del esfuerzo de manufactura e inversión, para que el misterio y algún que otro inevitable susto se mantengan por apellidos de la producción de principio a fin.
Guillermo del Toro nunca ha disimulado su devoción por el maestro del suspense. Más que de golpes de audio y giros bruscos de cámara que nos sobresalten al mostrar algo siniestro, que también, hace uso a través de un prisma muy Hitchcock, pero con moraleja y mucha sangre, de su fantasía creativa desbocada y enfermiza (cinematográficamente hablando y en el sentido más agradecido de la palabra) para decir: “Aquí estoy. ¿Me echaban de menos?”.
Dirección: Guillermo del Toro. Título original: Crimson Peak. País: USA. Duración: 119 min. Género: Thriller sobrenatural, terror. Intérpretes: Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnam, Jim Beaver, Javier Botet, Burn Gorman, Leslie Hope, Kimberly-Sue Murray, Emily Coutts, Gillian Ferrier, Matia Jackett, Martin Julien. Música: Fernando Velázquez. Fotografía: Dan Laustsen. Guión: Guillermo del Toro y Matthew Robbins. Estreno en España: 16 octubre 2015.