Autor: Sophie Hannah
Editorial: Duomo Ediciones
ISBN: 9788415355601
448 páginas
Precio: 19.90 €
eBook: 12.99 €
Sinopsis de la editorial
La pesadilla empieza siempre de la misma manera. Una noche larga, el llanto del bebé no cesa. Apenas descansas, pero no debes dormirte. Simplemente no debes. Sin embargo, con las primeras luces del alba, caes rendida y cierras los ojos, apenas unos instantes. Cuando los vuelves a abrir, tu pequeño está quieto, sus manitas frías y no respira. Para muchas mujeres es la peor pesadilla del mundo, pero al despertar la olvidan. Para Helen, Ray y Sarah parece no acabar nunca. Las tres han sido acusadas de infanticidio, las tres aseguran ser inocentes. Es el momento de saber la verdad.
Esta novela me sedujo ya solo con su portada y su título. Tratándose de una novela negra, el hecho de hablar de una cuna vacía me llamó poderosamente la atención. Y la sinopsis ya me convenció absolutamente de la necesidad de leerla. Me ha encantado porque he sentido con ella, la he vivido, me he podido poner en la piel de esas madres y en la de quienes las juzgan, he sentido un cierto no sé qué de rechazo hacia la idea de que puedan haber matado a sus propios hijos y he disfrutado y sufrido por igual. Así es como interpreto yo que es una buena novela, por todas esas cosas que me hace sentir.
El inicio del libro es bastante curioso y original. En las primeras páginas se recoge la transcripción de una entrevista hecha a Ray Hines, una de las madres que fue acusada, condenada y posteriormente absuelta. Se recoge también en estas páginas iniciales una serie de noticias relacionadas con la muerte de Helen Yardley, otra de las madres que ha sido encontrada muerta en su casa. Interesante manera de dar comienzo la novela, cuanto menos a una le quedan ganas de seguir sabiendo más. Y tras estas páginas, empieza la primera parte de la historia.
Fliss Benson es la encargada de realizar el documental en el que se trata el caso de las madres acusadas de la muerte de sus bebés tiempo atrás. Mientras investiga, descubre que Helen Yardley ha aparecido muerta con una extraña nota en su bolsillo que contiene números indescifrables. Cuál es la sorpresa de Fliss cuando se da cuenta de que ella misma recibió días atrás una nota similar. Desde ese momento se hace indispensable dar con el asesino para evitar que la sombra de la sospecha pueda recaer sobre ella por ciertos aspectos de su pasado.
Al tiempo que Fliss intenta dar con el paradero del asesino, la policía inicia la investigación de la muerte de Helen que inevitablemente se dirige también hacia la muerte de los bebés. El lector puede ir conociendo la historia a través de dos líneas argumentales, por un lado Fliss nos narra los hechos en primera persona y, por otro, un narrador omnisciente nos explica sobre la investigación policial.
Resulta curioso cómo, a lo largo de la lectura, la imaginación va y viene intentando hacerse a la idea de quién mató a Helen y qué hechos pueden haber sido los causantes de la muerte de los bebés. Soy madre y me resulta escandaloso e inconcebible pensar en el hecho de que una mujer pueda ser capaz de asesinar a sus propios bebés, por eso es que esta novela me ha hecho sentir muchísimas cosas durante su lectura en la búsqueda de la verdad. Es una novela repleta de dudas, si mataron o no a los niños solo lo sabréis llegando al final de esta historia y creo que merece la pena recorrer ese camino. La intriga y el entretenimiento están asegurados con este thriller, ha sido la primera vez que he leído a Sophie Hannah y no será la última.
***Gracias a la editorial Duomo por el ejemplar para su lectura.