Esto viene a cuento por el estreno hace un par de semanas de La cúpula (en Estados Unidos es Under the Dome), una serie basada en un libro de Stephen King, producida por Steven Spielberg y con algunos de los responsables de Perdidos metidos también en el ajo.
Viendo semejante plantel detrás de la serie podía salir algo bueno y no quise adelantarme demasiado y esperar a ver al menos los primeros cuatro episodios para hacerme una buena opinión. Hay series de las que con un episodio tienes de sobra, pero sabiendo de quien es el texto aquí pensé que lo mejor era tomarse la serie con calma. Y acerté, porque esta serie es muy Stephen King sobretodo en los personajes.
Hay poca gente que describa tan bien los personajes de pequeños pueblecitos americanos como King, empezando poco a poco y acabando con una descripción milimétrica. La Tienda es un ejemplo perfecto de ello (el libro, no la película que es una mierda). A mi me gusta la atmósfera en la que nos va sumergiendo la serie poco a poco, usando como excusa (al menos en principio) un suceso extraño nos va enseñando a los personajes y todas sus luces y sombras.
Es evidente que es una serie a largo plazo, de las que hay que recordar quien es quien y seguramente con bastantes giros inesperados. La cuestión importante para el espectador es que esas cosas estén bien hechas y la serie no deje de ser interesante, porque hay muchas series en el mundo y uno puede llegar a cansarse de que le den las cosas demasiado poco a poco, o que al final todo resulte una tontería.
De momento va bien, está muy bien hecha y el misterio se desarrolla poco a poco pero con ritmo constante, haciendo que quieras saber que es lo siguiente que va a pasar. Esperemos que eso dure, ya que gente buena detrás hay mas que de sobra, y que el hecho de que todo pase en un entorno tan pequeño no les impida contarnos historias interesantes y creíbles dentro de lo que cabe. Desde luego yo me apunto a La Cúpula mientras sea divertido.