Y por difícil que sea de creer, Jeremy Bentham está disecado y se exhibe dentro de una cabina de madera, dicha cabina se encuentra ubicada, ni más ni menos, que en el claustro que da al sur dentro del edificio principal del UCL (University College London)(1).
Según parece Bentham pensaba que sólo había dos formas de servir a la humanidad tras la muerte, una de ellas era donando el cuerpo a la ciencia, la otra, disencadose y exhibiendose en algún lugar público, sirviendo así de inspiración a las generaciones futuras(2). Parece que de ego no iba precisamente escaso. Cierto es que solemos crear estatuas que nos permiten recordar a alguien importante, al mismo tiempo utilizamos dichos monumentos como una forma de motivación para los que vengan detrás, pero eso es algo que eligen los que te sobreviven, rara vez, es el que va a morir quien así lo elige. Aparte del caso de Jeremy Bentham, no conozco ningún otro caso de algún pensador influyente que haya tenído semejante idea.
Pero el cúmulo de curiosidades no acaba aquí. La forma en la que está dispuesto el autoicono sigue las instrucciones exactas que el propio Bentham dejó por escrito en su propio testamento(4). En dicho testamento también expreso su voluntad de que sus amigos y discípulos se reunieran una vez al año para conmemorarle y que en dicha ocasión sacaran el icono.
Por otro lado hay muchas anecdotas y leyendas relacionadas con el autopicono de Bentham. Por ejemplo, se cuenta que un grupo de estudiantes robaron la cabeza original y ni cortos ni perezosos se pusieron a jugar al futbol, usando como balón la cabeza del desaparecido filósofo. En esta ocasión la historia es falsa, de haber sido cierta, la cabeza estaría en un estado mucho peor de lo que en realidad se encuentra. Otra anecdota, y en esta ocasión parece ser cierta, es que según cuentan(1),(2), cada vez que se reúne el consejo de gobierno del colegio, llevan de forma ceremoniosa a “Bentham” a dicha reunión, y en las actas de dicho consejo figura que Bentham “está presente pero no vota”. Cuando uno descubre este tipo de historias no puede dejar de pensar lo peculiar y extraños que somos los seres humanos.
(1) - Autoicono de Jeremy Bentham
(2) - Justicia. ¿Hacemos lo que debemos? De Michael J. Sandel
(3) - Bentham project blog
(4) - Extract from Bentham’s Will