La D es muda

Publicado el 24 enero 2013 por Porti4769 @Diego_Portillo
DJANGO DESENCADENADO (2012)
Esta película nos recupera al mejor Quentin Tarantino, el de esos diálogos rápidos e ingeniosos, aquel capaz de mantenerte pegado a la pantalla durante 20 minutos hablando de los temas más triviales. Y sí, es un western. Aunque un western visto por Tarantino.    La película comienza con el Dr. King Schultz (Christoph Waltz) encontrándose con una caravana de esclavos. Intenta comprar a uno de ellos en particular, Django (Jamie Foxx) y, ante la negativa de sus dueños, lo libera con unos métodos muy particulares. A partir de aquí comienza la peripecia de estos dos hombres: uno un esclavo que busca venganza; el otro, un cazarrecompensas en contra de la esclavitud.
La nueva película de Quentin Tarantino nos trae lo mejor y lo peor del director. ¿Es demasiado larga? Sí, un poco. ¿Tiene unos diálogos agudos e ingeniosos? Como solo Tarantino puede escribirlos. ¿Es excesivamente violenta? En algunos momentos pero se contiene en otras muchas escenas. ¿Tiene personajes histriónicos y únicos? De esos que se ven uno cada varios años. ¿Es terriblemente divertida? Sin duda alguna.
La película, pese a durar 165 minutos se pasa volando, si bien es cierto que algunas partes se llegan a hacer un poco lentas, sobre todo tras conocer a Calvin Candie (Leonardo DiCaprio), momento en que la película pierde algo de fuelle hasta que el criado negro más particular que ha parido el cine, interpretado magistralmente por Samuel L. Jackson, realiza un descubrimiento revelador que servirá de punto de inflexión para la trama.
Todos los actores interpretan sus papeles de manera magistral, pero hay que resaltar especialmente a Christoph Waltz en el papel de cazarrecompensas King Schultz, con unos diálogos y comportamientos deliciosos, así como a Samuel L. Jackson en el papel del malhablado criado de Calvin Candie. Jamie Foxx, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington y el resto del elenco, incluido el propio Quentin Tarantino en un cameo muy especial, cumplen en sus respectivos papeles de manera adecuada y correcta, sin desentonar en ningún momento.
Otro de los puntos fuertes de la trama son los continuos golpes de humor, introducidos por Tarantino en el momento adecuado magistralmente de forma que elevan la categoría del conjunto. Especial atención a este respecto merecen ciertas conversaciones (que no revelaré para no desvelar detalles de la trama y que la sorpresa sea mayor), así como el comportamiento del criado interpretado por Samuel L. Jackson, amén de una escena con sacos en la cabeza que me hizo llorar de risa en el cine ante lo absurdo de la situación.
Una de las cosas que más destaca es la fotografía, con unos planos espectaculares y unos encuadres cuidados hasta el extremo, además de un montaje magistral (durante el cual se permite incluso saltarse el eje en varias ocasiones, "¿por qué no?, soy Quentin Tarantino" sin que esto afecte al conjunto de manera negativa). Esto le permite al director jugar con los elementos narrativos que tiene a su disposición, permitiéndose mezclar en la banda sonora (sin que desentone en ningún momento, ¡ojo!) piezas de Enio Morricone con raps o canciones modernas (cosa totalmente impensable para cualquier otro director en un western).

También hay que hacer hincapié en que el mensaje del director está mucho más marcado en este filme que en otros de su filmografía, realizando una reflexión bastante clara y marcada sobre la crueldad humana, la esclavitud, la justicia, la voluntad y el deseo de venganza.
Por tanto, debido a unos diálogos brillantes, una fotografía espectacular, unas interpretaciones geniales, una banda sonora original y diferente y un montaje milimétrico, estamos ante un estreno que no nos podemos perder.

Un momento del rodaje del filme.


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