"La dama de hierro cuenta la historia de Margaret Thatcher, una mujer que atravesó todas las barreras de género y clase para ser escuchada en un mundo dominado por hombres. La historia habla del poder y del precio que se paga por éste, y es un sorprendente e íntimo retrato de una extraordinaria y compleja mujer."
Ésa es una probada al a veces profundo guión que caracteriza a La Dama de Hierro, una nueva mirada al polémico personaje político de la dignataria inglesa Margaret Thatcher. Las biografìas siempre son un tema candente en el cine; películas que están especialmete orquestadas para que el espectador se adentre en la sufrida vida del personaje histórico de turno generan controversia siempre al intentar humanizar las ícono más de lo debido y corre hacia el lado de la edulcoración excesiva. Tal es el caso de La Dama de Hierro, una película con más de un desliz narrativo pero con la fuerza imponente del personaje creado por una galardonada Meryl Streep, quien acá es más que nunca sinónimo de calidad.
A pesar de estar más que bien dirigida por Phillipa Lloyd (Mamma Mia!), la estrella es, por supuesto, la impresionante Meryl Streep dando una vez más uno de los papeles de su vida: más allá de la crediblísima prostética utilizada para recrear diversas etapas de la Thatcher, Meryl canaliza casi escalofriantemente los tics y modismos de la dignataria de una manera tan natural que asusta; es la verdadera columna vertebral de La Dama de Hierro y el principal aliciente a la hora de elegir la película para verla. El resto del elenco hace un más que eximio trabajo, acentuando la labor de Streep, con el siempre agradable de ver Jim Broadbent como el esposo de Margaret, y Alexandra Roach y Harry Lloyd como las versiones jòvenes de ambos también resultan un gran estímulo.
Por más férrea y descomunal que esté Meryl, la película sufre de un guión al que se le pasó de raya la edulcoración del personaje histórico y una mezcolanza de escenas que pueden llegar a pesar en el espectador medio; el enfoque absoluto hacia el personaje de Margaret Thatcher afectó un poco al producto final, que se hubiera beneficiado de explorar los personajes cercanos a la Dama de Hierro. Aún así, es para lanzar laureles ante una portentosa y explosiva Streep: es su show absoluto.
Calificación: B