The iron lady (Phyllida Lloyd, 2011. GB & FR): poco convincente retrato, no por feminista sino por benévolo y ciertamente condescendiente, de una de las figuras clave (y también más controvertidas) de la política internacional de los años 80, como fue Margaret Thatcher, Primera Ministra de Gran Bretaña durante once años en los que sus reaccionarismo y políticas casi dictatoriales devolvieron cierto esplendor(económico sobre todo, pues el país estaba sumido en una enorme crisis) a las islas, a cambio de granjearse el odio de toda la izquierda mundial, también a nivel social, con el florecimiento del punk. Lo de Meryl Streep sí es de verdadero aplauso; no es la intérprete de Memorias de África, es realmente Margaret Thatcher. Lloyd dirige de aquella manera, abusando de forma escandalosa del primer plano, aunque a su favor hay que decir que algún aspecto de la puesta en escena está bien expuesto, como el del marido interpretado por Jim Broadbent. Huele a que una serie de Netflix habría tenido más recorrido que un simple y, por lo que demuestra, discreto largometraje.
La dama de hierro (The iron lady, Phyllida Lloyd, 2011. GB & FR)
Publicado el 08 enero 2018 por Juanjo85The iron lady (Phyllida Lloyd, 2011. GB & FR): poco convincente retrato, no por feminista sino por benévolo y ciertamente condescendiente, de una de las figuras clave (y también más controvertidas) de la política internacional de los años 80, como fue Margaret Thatcher, Primera Ministra de Gran Bretaña durante once años en los que sus reaccionarismo y políticas casi dictatoriales devolvieron cierto esplendor(económico sobre todo, pues el país estaba sumido en una enorme crisis) a las islas, a cambio de granjearse el odio de toda la izquierda mundial, también a nivel social, con el florecimiento del punk. Lo de Meryl Streep sí es de verdadero aplauso; no es la intérprete de Memorias de África, es realmente Margaret Thatcher. Lloyd dirige de aquella manera, abusando de forma escandalosa del primer plano, aunque a su favor hay que decir que algún aspecto de la puesta en escena está bien expuesto, como el del marido interpretado por Jim Broadbent. Huele a que una serie de Netflix habría tenido más recorrido que un simple y, por lo que demuestra, discreto largometraje.