Cuentan los ancianos acurrucados cerca de las chimeneas en las tardes invernales, que durante los lejanos días del siglo XI en una tarde inolvidable una condesa de belleza sin igual, cuyo nombre era "Godiva", que significa "regalo de Dios"; se paseaba por las calles de Coventry ( Gran Bretaña) sin más ropaje que su larga caballera.
Según dicen el hecho despertaba la atención y curiosidad de todos los habitantes del lugar y sin embargo estos se encerraban en sus hogares, mientras la condesa pasaba, sellando herméticamente puertas y ventanas para no profanar el cuerpo de la doncella con miradas lujuriosas, mientras esta cumplía su parte en un trato forjado para defenderlos de la injusticia.
Este mito medieval inglés narra la historia de quien fue, probablemente, la primera mujer en usar su cuerpo para defender una causa social. Según la leyenda Lady Godiva estaba casada con el Conde Leofric (968-1057); quien, enfermo de ambición forzó impuestos excesivamente altos entre sus vasallos. Godiva, amante de su pueblo y consciente de la injusticia y el abuso que cometía su conyugue, que sembraba la pobreza y el sufrimiento, le rogó encarecidamente que bajara los impuestos. El Conde, indolente y sádico accedió a la petición de su esposa, con la condición de que ésta desfilara desnuda sobre su caballo por toda la ciudad.
Godiva accedió, con la regla de que los pobladores no centraran la vista en ella mientras hacía su
El pueblo entero cumplió con la regla de Lady Godiva, todos excepto un sastre imprudente, quien incapaz de resistirse a los encantos de la hermosa dama, la espió a través de sus persianas entreabiertas y pagó con la ceguera su traición.
Leyenda o realidad la audacia de Lady Godiva ha sido reflejada en el cine, la pintura y la música, a lo largo de los años, homenajeando su valentía y amor incondicional por su pueblo.