La Dame Qui Boite

Por Susana Peiró @MujeresHistoria



En 1942 la Wehrmacht tomaba el control directo sobre todo el territorio francés y la ficción conocida como “Francia de Vichy” llegaba a un abrupto final.
Una de las primeras tareas de Klaus Barbie –el flamante jefe de la Gestapo local- fue lanzar una campaña por todo el país para “cazar” a una espía: La Mujer que cojea es uno de los agentes aliados más peligrosos en Francia” “Tenemos que encontrarla y destruirla” proclamaban los volantes de la Gestapo. Pero Virginia Hall era maestra en el arte de la evasión: Cruzó los nevados Pirineos a pie con su pierna ortopédica y logró escapar de las garras del Carnicero de Lyon
Las desventajas físicas pueden ser muy relativas y la espectacular vida de Virginia Hall es otro ejemplo. Nacida en Baltimore, Maryland, se había preparado con ahínco para la carrera diplomática (1), pero luego de un accidente -cuando le amputaron su pierna izquierda-  perdió toda oportunidad en el US Foreign Service (2) y tuvo que renunciar a sus sueños. Ese 1939 la encontró en París. Se unió al Services Sanitaires de l'Armee, aprendió primeros auxilios y condujo ambulancias. 
Mientras sonaban los “Sie kommen!” del invasor en Francia, esta mujer sin pensarlo demasiado puso sus dos pies –el bueno y el otro- en la historia.
Gracias a su pasaporte de Estados Unidos viajó a Londres, fue reclutada por el SOE y entrenada como agente. Bajo la fachada de reportera franco-estadounidense del New York Post se convirtió en un personaje vital para organizar, financiar, abastecer y armar a la Resistencia Francesa. Fue operadora de radio, trazó mapas, rescató aliados y facilitó su vuelta segura a Inglaterra; supervisó el salto de los paracaidistas del SOE en la zona ocupada y sobre todo, organizó inteligentes actos de sabotaje contra los nazis y una delicada “ingeniería” para rescatar prisioneros de guerra de las cárceles y campos de concentración.
Tan bueno fue su trabajo que La Dame qui boite –como la apodaron sus compañeros- pasó al top en la lista de los más buscados por la Gestapo.
Después de la cinematográfica huída en los Pirineos,  aún con la Geheime Staatspolizei en sus talones y a pesar de la reticencia de sus jefes, Virginia volvió a Francia. En 1944, disfrazada de anciana informaba por radio los movimientos de las tropas alemanas y para el 6 de junio, ella y sus hombres estaban listos. Mientras los aliados desembarcaban en Normandía, Hall saboteaba las líneas de suministro y atacaba las tropas alemanas causando el caos tras las líneas enemigas. En los últimos días de la ocupación alemana de Francia, su equipo destruyó cuatro puentes, descarriló varios trenes de carga rumbo a Alemania, causó la caída de las principales líneas telefónicas y tomó más de 500 prisioneros.
La indómita Virginia Hall recibió en 1945 la Cruz al Servicio Distinguido (DSC) único otorgado a una mujer civil en la II Guerra Mundial -segunda condecoración militar más importante para un miembro del Ejército de los Estados Unidos-  y fue honrada con el MBE (Miembro de la Orden del Imperio Británico) por su extrema valentía.
La espía con su pierna de palo –bautizada cariñosamente con el nombre “Cuthbert"- terminó apaciblemente su vida a los 76 años en una colina llena de gladiolos en la Maryland natal. Dicen que leía muchas novelas…de espionaje, por supuesto.
En el audio: algo más de Virginia Hall, La Dame Qui Boite:
(1)   Se graduó en Roland Park Country Day School en Baltimore y en Radcliffe (Harvard University's college for women), antes de pasar a Barnard (Columbia University's college for women) cursó sus estudios de posgrado en la American University de Washington DC, Ecole des Sciences Politiques in Paris, el Konsularakademie en Viena y completó su instrucción en las universidades de Estrasburgo, Grenoble y Tolouse. Hablaba varios idiomas y dominaba el francés, alemán e italiano.

(2)   El Departamento de Estado tenía una disposición que prohibía “el empleo de personas con amputaciones en los miembros”. Otra de sus desventajas era ser Mujer cuando solamente 6 de los 1500 encargados exteriores de Estados Unidos en esos momentos eran femeninas.
Fuentes:
The Wolves at the Door: the True Story of America's Greatest Female Spy (2005)
Imágenes: Internet.