Conocí a Ibon Martín con El faro del silencio, la primera novela protagonizada por la escritora Leire Altuna. Vinieron después La fábrica de las sombras y El último akelarre, pertenecientes a la misma serie de la que solo me falta una novela por leer. Las tres las disfruté tanto por las tramas en sí mismas como por su magnífica ambientación, así que en cuanto supe que el autor publicaba de nuevo me lancé a por ella sin dudarlo. Hoy os hablo de La danza de los tulipanes.
Mi opinión
Una mujer atada a una silla en medio de las vías del tren y un impacto imposible de evitar son las primeras imágenes que Ibon Martín graba en nuestra mente nada más comenzar la novela. La víctima es Natalia Etxano, famosa y controvertida periodista de radio en Gernika, el cuerpo aún conserva entre sus manos un tulipán rojo y el crimen ha sido retransmitido en directo a través de Facebook. Hasta Gernika se desplazará la subinspectora de la ertzaina Ane Cestero como responsable de la nueva Unidad de Homicidios de Impacto que con cuatro integrantes más será la encargada de resolver el asesinato.Escrita a ritmo de thriller La danza de los tulipanes no da tregua al lector mientras alterna la narración de la investigación en el presente, a cargo de un narrador en tercera persona, con los saltos al pasado que se inician en 1985 y van avanzando en el tiempo. Estos viajes al pasado están narrados en primera persona por alguien cuya identidad desconocemos, pero que rápidamente identificaremos como el más que probable asesino dándonos alguna pista sobre cuáles pueden ser sus motivaciones. El implacable ritmo no deja de crecer conforme avanzamos en la lectura, muy especialmente en su último tercio donde se torna vertiginoso, y en ningún momento es óbice para que el autor se tome su tiempo en perfilar a unos personajes que nos serán fácilmente reconocibles como personas de carne y hueso y, sobre todo, no impide que Ibon Martín vuelva a deleitar a sus lectores con una ambientación ante la que quitarse el sombrero. Si en ocasiones anteriores el autor ha despertado en mí unas inmensas ganas de recorrer los escenarios que describe, en esta ocasión, de su mano, he vuelto a recorrer paisajes ya conocidos que he disfrutado con una nueva mirada y, por supuesto, me ha hecho descubrir otros que quedan pendientes de visita. Sus descripciones son tan minuciosas que parece que estuviéramos mirando una fotografíay, a pesar del detallismo, el autor lo integra de tal forma que en ningún momento ni el ritmo ni la tensión narrativa se ven resentidos.Capítulos de corta extensión, abundancia de diálogos, una prosa sencilla, un estilo ágil y fluido, y numerosos giros argumentales, son los ingredientes que hacen que La danza de los tulipanes sea una de esas novelas que se leen sin apenas darte cuenta de que las horas pasan mientras estás enterrado en las páginas del libro, paseando por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai o cogiendo la ola izquierda de Mundaka, sin perder nunca de vista la búsqueda de un asesino que parece no detenerse ante nada y que tiene absolutamente despistados a los investigadores, si bien en esta ocasión tanto su identidad como sus motivaciones no supusieron para mí una sorpresa. En cualquier caso, la novela nos depara tantas revelaciones que nos dejarán con la boca abierta que el haber adivinado quién podía ser responsable no ha quitado emoción a un final a la altura del desarrollo de la novela.
En definitiva, La danza de los tulipanes en un thriller con una trama bien armada, lleno de giros inesperados y con un desenlace que cierra sin flecos y contestando todos los interrogantes planteados. os dejo con el booktrailer para ir abriendo boca.