La decepción del cine español

Publicado el 25 abril 2012 por Cronicasbarbaras

De las 55 películas españolas que se rodaron en 2011 es posible que ni una docena contenga historias cercanas a la gente real de cualquier época, sin que sus personajes sean militares o guardias civiles franquistas o atletas sexuales a los que nunca les falta cocaína.

Y la gente está tan cansada de los mismos estereotipos repetidos mil veces, que ya nadie va a ver la docena de buenas películas que merecen conocerse.

Por eso el cine español atrae ahora solamente al 13 por ciento del público nacional.

Primero, tenemos películas sobre la guerra-posguerra civil y el fascismo. Siempre hay personajes con uniforme militar o falangista que al verlos ya sabemos que violarán o matarán a los buenos.

Luego, está el cine con personajes actuales. Algo de coca, y al fornicio, al que se destina tres o cuatro veces más tiempo que el que pueda encontrarse en cualquier modelo de cine que no sea porno.

En España se presenta a casi todos los hombres y mujeres agradables y atractivos como homosexuales, o por lo menos bisexuales. Es cine de género ambiguo muy en la línea zapateril, es decir, rechaza lo claramente heterosexual viril o femenino, y escenifica la vida en camas redondas.

Los personajes a los que no se les ve practicar sexo son puritanos desagradables, una prolongación de los fascistas de la guerra civil; ya tenemos así el bucle del cine español actual: los buenos, siempre víctimas de los fascistas.

Como todo es tan falso, con personajes tan anómalos, la gente se cansa y prefiere Gran Hermano, que tiene los mismos ingredientes, pero gratis y en directo.

Los españoles pagan entradas únicamente para ver el último Torrente, que sublima todo este cine español de fachas y sexo, pero sólo en dos horas.

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SALAS