Desde hace algunos años se sabe que el yodo es imprescindible en el embarazo, es un elemento necesario para la formación de las hormonas que son sintetizadas por la glándula tiroides. Es un elemento importante tanto para la madre como para el bebé que se está gestando, ya que facilita que el cerebro del bebé se desarrolle adecuadamente. Al respecto, hoy conocemos dos nuevos estudios que determinan que la deficiencia de yodo en el embarazo puede afectar al cociente intelectual de los bebés.
Las madres que no toman la cantidad necesaria de yodo incrementan el riesgo de que sus hijos tengan un menor cociente intelectual. Los estudios se realizaron en el Reino Unido y en Australia, son estudios independientes y en los dos se concluye prácticamente lo mismo. Pero se va más allá del embarazo, los expertos apuntan que la deficiencia de yodo durante la lactancia materna también afectaría al desarrollo cerebral y a la inteligencia de los niños, se apunta incluso que se trata de un grave problema de salud que debe ser abordado para prevenir el correcto desarrollo de los bebés.
El estudio realizado en el Reino Unido determina que existe una clara vinculación entre la deficiencia extrema de yodo y los problemas de desarrollo cerebral de los bebés, esta conclusión se desprende tras haber realizado el estudio en base a una deficiencia leve o moderada de yodo, y la relación de estos valores con el desarrollo cognitivo de los niños. Un nivel reducido de yodo durante el embarazo y la lactancia se asoció a una menor fluidez verbal a los 8 años, en lo que respecta a lectura y comprensión era igualmente menor a los 9 años de edad, en comparación con los niños cuyas madres tenían un nivel de yodo normal. Los investigadores apuntan que en los resultados se tuvieron en cuenta todas aquellas posibles variables que pudieran alterar los resultados.
Parece ser que las madres que tenían un nivel de yodo inferior al recomendado por la OMS, tenían hijos con un 60% más de posibilidades de tener un bajo cociente intelectual, de ahí que apunten que una deficiencia significativa en yodo pueda afectar seriamente al desarrollo cognitivo de los niños. Por otro lado, la investigación australiana encontró que la falta de yodo durante el embarazo se asociaba con un efecto prolongado de las complicaciones de alfabetización en los niños, es decir, la falta de yodo en el embarazo afectaría a los niños durante varios años, a pesar de que recibieran una dieta con suplementos de yodo durante la infancia, parece ser que no fue suficiente para revertir los efectos de la carencia de yodo durante la gestación.
En este caso se estudiaron a 228 niños y se relacionó que los niños cuyas madres tenían una concentración menor de yodo en el organismo, tenían un retraso del 10% en ortografía, un 7’6% en gramática y un 7’6% en alfabetización y fluidez verbal, no fue el caso de los niños cuyas madres tenían un nivel de yodo superior a lo recomendado por la OMS. Curiosamente los investigadores no encontraron problemas en las pruebas matemáticas, las puntuaciones eran normales, pero lo que interesa es que se desarrolle todo por igual.
Por fortuna este es un problema que se puede remediar con una planificación adecuada, las futuras mamás deben tomar los suplementos recomendados y asegurar que reciben el yodo necesario para garantizar que sus futuros hijos tengan un desarrollo cerebral adecuado, en este sentido los investigadores apuntan que la salud pública juega un papel fundamental como organismo preventivo que puede ayudar a garantizar que se tome la cantidad de yodo necesaria durante las semanas del embarazo.
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La deficiencia de yodo en el embarazo puede afectar al cociente intelectual de los bebés