Xin, el encargado de esta investigación, ha descubierto a raíz de indagar con el microscopio de electrones, la vulnerabilidad que tienen las baterías de ión de litio, que ocasiona que se degraden con el tiempo. Como todos sabemos, este tipo de baterías (las convencionales) con el tiempo tienden a deteriorarse a medida que las vamos cargando.
Lo primordial es que han dado con el problema, resulta que las reacciones que tienen con el tiempo las baterías erosionan el material irregularmente, para que os hagáis una idea, algo similar al óxido en el acero.
Gracias a esto se sabe que los iones de litio se mueven por el óxido de níquel del ánodo y esto provoca pequeñas grietas en las partes más débiles y haciendo así que poco a poco que su capacidad valla disminuyendo hasta que deja de funcionar.
Lo que más nos llama la atención, es que el deterioro de las baterías tiene el mismo proceso que la oxidación de los metales, algo realmente curioso y que hace fácil entenderlo, aunque nos choca que esto no se supiera antes debido a su baja complejidad.
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Lo más importante es que han dado con el problema, solo falta solucionarlo, sabiendo lo que ocurre resulta más fácil hallar una respuesta a ese conflicto, existen varias teorías que de momento están en el aire.
Entre ellas está la que a priori parece la más acertada, que consistiría en cubrir los electrodos con una capa consistente que evite que no ataquen los iones a la superficie y así evitar fisuras que provoquen posteriormente esa degradación en las baterías. Evitando a su vez, que con el tiempo se creen pequeños cristales.
Todavía solo son teorías escritas y no se han puesto en práctica, pero eso no quita que estamos a un paso de poder contrarrestar la degradación de las baterías, o por lo menos eso esperamos.