Este libro irradia delicadeza lo mires por donde lo mires, lo leas por donde lo leas. Empezando por la forma delicada que tiene François de abordar a Nathalie en la calle el día que se conocieron "por sus andares sobre todo, emanaba de ella una especie de naturalidad, tan conmovedora, una gracia en el movimiento y pensó: es exactamente la clase de mujer con la que me gustaría marcharme un fin de semana a Ginebra"
De esta forma nace una relación, a ojos de cualquiera demasiado perfecta para ser real, pero que en verdad era real. Entre ellos sucedía algo poco frecuente en las parejas: "cada día conservaba aún la huella del primero".
Que todo les fuera tan bien ya casi les resultaba inquietante. "Nadie podía imaginar que esa felicidad les daba miedo, temían que pudiera llevar intrínseca la amenaza de la desgracia", como así sucedió...
Nathalie se vio transportada de la noche a la mañana, de la felicidad más completa, a la más absoluta de todas las tristezas por la muerte de François ¿Conseguirá rehacer su vida, salir adelante, volver a enamorarse?
Mi conclusión final
¿Que me atrajo de este libro? Su título, pero sobre todo la reseña de Blanca en su blog "Al calor de los libros" que consiguió suscitar mi curiosidad y que quedara grababado en mi cabeza. Como además estaba disponible en la biblioteca donde trabajo, pues se juntaron todos los requisitos para que me hiciese con él.
Desde el principio la trama me ha recordado a "Posdata te amo" de Cecelia Ahern, a mi parecer más original e ingeniosa que esta novela que ahora me ocupa, en su exposición, desenlace y argumentación.
Creo que el autor ha sabido llevar un tema tan delicado como la pérdida de la persona amada de forma brusca e inesperada, transmitiéndote sensaciones, sentimientos, al principio tristes, pero que según va avanzando el libro, se convierten en optimistas, con ciertos toques de humor que te hacen sonreír en múltiples ocasiones.
Aún así, aunque me ha enganchado y ha mantenido siempre en mí el deseo de conocer el destino de Nathalie, no ha conseguido llenarme del todo. Me ha dejado por una parte, el sabor dulce de la esperanza, pero por otra el regusto amargo del desencanto. Y no quiero decir con ello que no merezca la pena leerlo, no, nunca más lejos de la realidad. Es sólo que no ha cumplido del todo las expectativas que había depositado en este libro escrito con elegancia y que en definitiva me ha gustado.
Para recordar, una frase de la cubierta: “Incluso en los momentos más inesperados, cualquier cosa es posible...”
Algo sobre el autor y su obra
David Foenkinos, ya cuenta con varios éxitos literarios a sus espaldas, entre los que destacan "El potencial erótico de mi mujer" (2004), "en caso de felicidad" (2007) y "nos séparations" (2008).
Pero es “La delicadeza” la que más gratificaciones le ha aportado a su carrera. Publicada en Francia en 2009, conocida allí como "la novela de los diez premios", está siendo adaptada al cine y dirigida por él mismo y por su hermano, Stéphane Foenkinos.
Terminada de grabar en mayo de este año, es muy probable que se estrene en diciembre en su país, aunque claro, a España no llegará hasta varios mese después.
Me ha sorprendido que hayan elegido a Audrey Tatou para meterse en la piel de Natalie, algo que no me cuadra, quizás por ser incapaz de evocarla en otro contexto que no sea el de Amélie. Pero, es posible que me equivoque y que esta actriz, que por cierto me encanta, logre sorprenderme en su interpretación de viuda ejecutiva que reinventa su papel en la vida. Según Foenkinos, será una película muy parisina y muy Truffaut. El paseo bajo la Torre Eiffel es ineludible, zanja el escritor...
No he encontrado ningún vídeo en español, pero os dejo un artículo, del que me gustaría resaltar estas frases: "A veces no estamos con la persona más formidable, sino que esa persona es formidable porque ha llegado en el buen momento. La mayoría de las relaciones se resumen, de hecho, a esa simple cuestión, del momento adecuado".
Aquella fatídica tarde, ella estaba leyendo un libro que quedó para siempre inacabado. Cuantas veces hubiera querido echar marcha atrás en el tiempo, parar la vida en ese último beso de François, antes de salir a hacer footing y ser atropellado.
Toda su existencia, su corazón, todo queda roto en mil pedazos. Nathalie tenía la impresión de haberse convertido de pronto en el ombligo del mundo, cuando su propio mundo había dejado de existir y que iba a tener que volver a empezar todo desde cero, incluido el aprendizaje del habla.
Y como nadie escucha a los que dicen querer estar sólos, porque parece ser que la voluntad de soledad sólo puede ser una pulsión patológica, sus familiares y amigos se iban turnando para incitarla a hacer cosas tan rutinarias como comer, vestirse, ducharse...
Pero todo comienza a ir mejor cuando conoce a Markus, un compañero de la empresa, con un fisico mas bien desagradable, aunque no feo, como dirían algunos "con aspecto poco homogeneo", pero ingenioso, divertido, inteligente y tierno.
Un día, en un arranque de impetuosidad, Nathalie le besa sin motivo aparente. Él no sale de su asombro, no se lo puede creer ¿como puede ser el elegido? Días después, tras las disculpas de Natahalie asegurándole no conocer los motivos de su impulso, él le devuelve el beso.
Contra todo pronóstico, (todos creían a Markus insípido y anodino), inician una relación que proporciona al lector momentos divertidos, ingeniosos, a veces desconcertantes y que conseguirá con el tiempo devolverles a él, la autoestima y la confianza en sí mismo y a ella la ilusión, las sonrisas, la magia...