Revista Cine

'La delicadeza': La buena química entre Ratatouille e IKEA

Publicado el 12 julio 2012 por La Mirada De Ulises

[6/10]   David Foenkinos adapta al cine su propia novela “La delicadeza”, y se atreve también a dirigirla junto a su hermano Stéphane. El resultado es una comedia romántica dulce y positiva, agradable a la vista y exquisita al paladar, exponente de los misterios del amor y de las encrucijadas que la vida nos tiene deparadas. Nathalie está locamente enamorada de su marido, pero su muerte en accidente la sume en la más profunda de las tristezas. Mientras trata de paliar el dolor refugiándose en su absorbente trabajo, el corazón y la imaginación le tienen reservada una feliz sorpresa… que vendrá de la mano de la persona más insospechada, Markus. Y quien sólo creía en el amor pasional y fogoso, descubrirá la sencillez y delicadeza que se encierran en este hombre huido de la Suecia de IKEA para alojarse en el corazón de Ratatouille.

“La delicadeza”: La buena química entre Ratatouille e IKEA

La historia no es original aunque sí algo peculiar… y su recorrido resulta previsible, su factura apenas se desvía del género romántico… con un simpático toque cómico y mágico, y su narrativa es convencional y sin asumir riesgos innovadores… aunque no falta un eficaz empleo de la elipsis al comienzo y algún recurso surrealista que permite viajar por el mundo de la imaginación. Y a pesar de ese espíritu mainstream, la cinta consigue una atmósfera cálida y naïf que la hace placentera e incluso emocionante. Foenkinos juega con los sentimientos del espectador para llevarle del dolor y la compasión a la dicha y la alegría, casi tanto como Charles -jefe de Nathalie- lo hace con la joven viuda cuando los celos le asaltan y urga indignamente a la herida de la pérdida. Es un juego que se apoya en la contraposición del amor que Nathalie sintió por el difunto François y el que ahora siente por Markus, de la cálida ternura francesa y la seca sencillez nórdica, de la seducción más sofisticada y sensual… y aquella en la que un pequeño detalle puede significar mucho.

“La delicadeza”: La buena química entre Ratatouille e IKEA

Resulta muy interesante la evolución de Nathalie en su dolor… y en su amor, y también su regreso a una infancia en la que era feliz solo con un caramelo Pez o jugando al escondite en el jardín de su abuela. Es el espíritu de Ratatouille que se apodera de su alma y que le permite saborear las cosas sencillas de la vida… que tenía un poco olvidadas, y que le abre los ojos al amor sincero y delicado de ese hombre de modales poco refinados pero noble corazón. Audrey Tautou despliega todos los registros de encanto, dulzura y coquetería que le son propios, mientras que la sorpresa y revelación llega con François Damiens, encargado de dar verosimilitud a un Markus de aspecto vulgar pero capaz de encandilar a Nathalie y al espectador: sus torpes andares y su escasa facilidad para las relaciones personales quedan eclipsados por su discreción y finura, y si unos se avergüenzan de su facha… otros saben mirar lo que hay en el interior.

“La delicadeza”: La buena química entre Ratatouille e IKEA

Es posible que haya quien tache la cinta de complaciente y sensiblera, y ciertamente la película busca el tono agradable y no oculta su vocación comercial y populista. Pero es una propuesta correcta y entrañable, con una pareja que sorprendentemente se complementa a las mil maravillas y que hace real ese sentimiento tan misterioso y desconcertante como es el amor. El atractivo de esta delicada y sorprendente relación es, pues, el triunfo de Ratatouille en el corazón de IKEA o viceversa, pues ambos apuestan por lo genuino y sencillo… tanto en la vida como en el amor.

Calificación: 6/10

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En las imágenes: Fotogramas de “La delicadeza”, película distribuida en España por A Contracorriente Films © 2011 2.4.7. Films. Todos los derechos reservados.


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