La demanda mundial de oro: altos y bajos

Publicado el 28 agosto 2012 por Lingoro

Existe un paralelo interesante para el mercado del oro actual, si nos fijamos en las cifras, hay dos tendencias distintas.

Por un lado, el World Gold Council ha publicado su informe la semana pasada sobre la demanda mundial de oro en el segundo trimestre de 2012.  Sabemos que la demanda de oro alcanzo su nivel mas bajo desde hace dos años.  Se aprecia una disminución del 7% en comparación con el segundo trimestre de 2011 (990 toneladas de oro en el segundo trimestre de 2012 contra 1065,8 toneladas en el mismo periodo del 2011).

El World Gold Council justifica esta “caída” por una demanda excepcional en 2011: por lo tanto seria un simple “retorno a la normalidad”.  La demanda habría sido mucho menos este año, especialmente en la India y en China, dos grandes consumidores de oro.

Demanda de oro: las curvas se cruzan

En apariencia, la demanda mundial de oro iría a la baja? Pero si se mira más de cerca esto no afectaría a todos los « actores”… En realidad, la demanda mundial de oro seria aun mayor para algunos.  Los particulares no son los únicos que se protegen de un golpe duro con el valor refugio que es el oro.

Los bancos centrales son también grandes consumidores del metal amarillo.  Peor aun en los últimos años se han cebado, literalmente.

Según el WGC en 2011 el conjunto de bancos centrales adquirieron 465 toneladas de oro: una cifra excepcional desde 1964.  Así repartiéndose 31 347 toneladas de oro, los bancos centrales se repartirían cerca del 20 % de las existencias de oro total del planeta.

Y sería sólo el principio, el apetito de estas instituciones parece insaciable, 2012 podría ser bien el año de los récords. A titulo de ejemplo, en mayo Rusia ha inflado sus existencias de 15,5 toneladas suplementarias de oro: sus reservas estarían entonces en su nivel más alto desde 1993 según el FMI. Y no es un caso aislado.

Los bancos centrales se apropian de gran parte del stock de oro mundial. ¿Una señal? ¡Claramente!  Tales adquisiciones de oro no son triviales, y vienen justo para testimoniar la febrilidad de las monedas (que tienen de « fiduciarias » sólo el nombre), de la pérdida de confianza generalizada en el mercado y de la capacidad de los Estados que se deben sacar de la crisis. Si hasta los bancos centrales se previenen…

Por una vez sería bueno imitar a los bancos centrales y poner una pequeña parte de nuestros ahorros y patrimonio al abrigo del único valor refugio reconocido por todos: el oro.