La democracia es mil veces más fuerte que los ejércitos y las ideologías porque su defensa de la libertad conecta con el alma humana y engrandece al hombre. Ser demócrata significa tener derechos y libertades, mientras que ser socialista significa que sólo el Estado y sus representantes los tienen, mientras que al pueblo solo le corresponde obedecer.
Muy pronto, los pueblos sin libertad ni derechos empezarán a exigirlos y ese será el fin del socialismo.
El socialismo encandilaba a sus seguidores con la promesa de una sociedad justa e igualitaria y con un Estado fuerte que reparte la riqueza y cuida de todos, pero la Historia ha demostrado que esa promesa siempre es falsa y que lo que el socialismo crea es un infierno de pobreza y esclavitud, como los creados en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y otros países, donde los dirigentes son ricos y tienen todo el poder, mientras el pueblo vive en la pobreza y sólo obedece.
Las izquierdas marxistas, conscientes de que la realidad es su peor enemigo, han concentrado su esfuerzo en la mentira y la manipulación para ocultar la verdad y seguir alimentando la gran mentira de la justicia y el paraíso socialista.
Descubrir las mentiras y estafas del socialismo es fácil. Basta con preguntarse hacia donde escapaban las personas en Berlín o quien construyó el Muro para impedir que sus ciudadanos huyeran al Occidente libre. O analizar con libertad cómo se vive en Cuba o Venezuela. O estudiar la historia para descubrir que el comunismo ha asesinado a más de cien millones de personas, sin contar los caídos en los campos de batalla. O leer las listas de multimillonarios de la revista FORBES y descubrir que entre los más ricos del mundo destacan hijos y nietos de grandes líderes socialistas como Fidel Castro, el venezolano Hugo Chaves, el palestino Yasser Arafat y otros muchos.
El infierno del socialismo sobrevive gracias a dos facetas: "la propaganda", convertida en una fábrica de mentiras que compra también medios de comunicación para engañar, y "el clientelismo", que reparte el botín entre sus dirigentes y da limosnas a sus seguidores para que vivan sin trabajar.
El argentino Javier Milei, un libertario que ha sido elegido por el pueblo para que le libre del peronismo corrupto, acaba de lanzar en el Foro de Davos un discurso valiente y premonitorio en el que advierte a Occidente que está a punto de perecer por creer en el socialismo, que es el peor virus de la Historia humana.
España, por desgracia, es hoy uno de los grandes establos dominados por el socialismo, que con Pedro Sánchez ha adquirido su disfraz más voraz y desalmado. Si los españoles no reaccionan pronto, les espera un futuro de esclavitud y pobreza como los que rigen en los "paraísos" socialistas de Cuba, Venezuela y otros mundos oscuros y brutales esparcidos por el mundo.
Francisco Rubiales