Sea como fuere, en la presente producción encontramos abundante fauna del pasado. Y quizás uno de los elementos que más interesante hacen de 65 sea su intención de no emplear únicamente bestias conocidas, sino que se atreva a jugar con la evolución especulativa —como hizo King Kong de Peter Jackson o la citada El sonido del trueno, ambas de 2005— y en su intento de aventurarse a cómo podrían haber evolucionado ciertos animales, nos muestre animales un tanto distorsionados de lo que estamos acostumbrados a ver en pantalla. Una tendencia hipotética donde el geólogo Douglas Dixon era uno de sus máximos fantasiosos, como dan fe sus increíbles y delirantes publicaciones.
Podemos identificar a dos tipos de pterosaurios, Thalassodromeus con su inconfundible cresta pero con diversas licencias en su cráneo, y fugaces Dsungaripterus que sobrevuelan a los protagonistas. Sin olvidar lo que parece ser un Oviraptor, en una escena que acontece en una gruta con un suspense muy bien conseguido deudor de Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979).
Y continuando con el contraste de la película con el resto de filmografía dinosauriana, esta 65 permite plasmar en pantalla ese momento tan icónico y trascendental de la historia del planeta como fue el impacto de un enorme meteorito a finales del cretácico. Como hizo el filme Dinosaurio (Dinosaur, Ralph Zondag y Eric Leighton, 2000) de Disney, podemos deleitarnos con una reconstrucción catastrofista de aquella hecatombe planetaria.
Eso nos conduce a su vez a otro de los grandes rasgos distintivos del cine de dinosaurios, que es su retraso a la hora de actualizar la información ofrecida por los paleontólogos. De esta manera, si el cine tardó casi treinta años en adaptar para la cultura popular la imagen del dinosaurio de sangre caliente, más ágil y un ave en realidad, aquí ocurre lo mismo con el momento de la datación de la quinta extinción. Hace décadas se tenía la certeza que el impacto del asteroide se produjo hace 65 millones de años, si bien recientemente —para ser concretos en el año 2012— gracias a las últimas investigaciones durante la Comisión Internacional de Estratigrafía [2] se llegó a la conclusión de que eso se produjo un millón de años antes, es decir, hace 66 millones de años Se demuestra con el título de la presente película, una vez más, esa tardanza y resistencia por derribar ideales en la cultura popular.
OCTAVIO LÓPEZ SANJUÁN
-----[1] También fue adaptada en televisión en 1989, dentro de la serie The Ray Bradbury Theater.[2] International Commission on Stratigraphy (https://stratigraphy.org/)[3] Curiosamente, la actriz que interpreta a la hija del protagonista, Chloe Coleman, tiene un rol muy similar en la coetánea Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones (Dungeons & Dragons: Honor Among Thieves, John Francis Daley y Jonathan Goldstein, 2023).