[Ricardo Portmán]
La densidad, en un sentido musicalmente amplio, suele relacionarse con el ansía extrema de llenar espacios sonoros, así sea a la fuerza; ornamentar lo ya ornamentado. En fin, es llover sobre mojado. Pues en su cuarto disco, St. Vincent ha querido ser más papista que el papa.
Fue alabada hasta el paroxismo por su excelente trabajo junto a David Byrne y eso no le ha favorecido en nada. Es talentosa y creativa, si, pero también en la contención hay arte para explotar. Annie Clark afirmó que quería que este disco fuera un disco de fiesta para poner en un funeral, y algo más animado lo es (dentro de los cánones de la cantante) pero para quienes esperaban una continuación de su anterior trabajo, el ánimo aportado ha sido poco y ya visto.
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