El embarazo es una época de cambios, de cambios hormonales, de cambios del humor, de cambios del cuerpo, de muchos cambios. Por eso, algunas mujeres son proclives a tener depresión en el embarazo.
Entre el 10 y el 20% de las mujeres embarazadas pueden tener depresión, la cual puede ser causada por diversas razones y se suele dar lugar en el primer trimestre el embarazo, entre las semanas 3 y 6 e incluso en el último trimestre del embarazo.
Algunos factores de riesgo principales de depresión son: pérdida de embarazo anterior, antecedentes personales o familiares de depresión, problemas económicos o de pareja, embarazo no deseado, cambios importantes en la forma de vida, complicaciones del embarazo o problemas médicos. Los cambios hormonales en el embarazo no previenen de la depresión.
Generalmente la depresión se puede notar en caso de fatiga, ansiedad externa, problemas de concentración, pérdida de interés o placer de realizar actividades que le gustaban, sentirse triste, cambios de humor bruscos, tener pensamientos de autolesión o daños a otras personas.
Si se detecta depresión en el embarazo hay que saber pedir ayuda y seguir un tratamiento adecuado, ya que además de otras cosas también se incrementan los riesgos de la depresión postparto. El médico será la persona que diagnostique el mejor tratamiento para la embarazada, pero debe contar con la implicación de la persona afectada.
Para prevenir la depresión en el embarazo, se recomienda hacer ejercicio con regularidad, alimentarse bien, hablar con amigos, familiares y pareja, evitar cambios drásticos en la vida y cuidarse a sí misma. Es importante tener una vida tranquila sin complicaciones y con actividades agradables, además del apoyo de los seres queridos, sobre todo si se encuentra en alguna de las situaciones de riesgo. También sería bueno contar con una persona que ayude en todos los preparativos, en la casa y después del parto.