Pero la verdad siempre termina por imponerse, incluso a los poderosos aparatos de propaganda que crean las izquierdas para engañar a los ciudadanos y conservar el poder, y los europeos están comprobando que la derecha verdadera gobierna bien, respeta las constituciones, es europeísta, menos corrupta, menos totalitaria y más democrática y decente que las viejas izquierdas marxistas.
Prueba de ello es el éxito y la popularidad que disfrutan en Europa los gobiernos de la derecha verdadera, en Polonia, Hungría y ahora también en Italia.
La conquista de Italia marcará un antes y un después en la marcha de esos partidos de la derecha autentica, que poco a poco suplantarán a los de la vieja derecha contaminada de izquierdismo y socialdemocracia, esa derecha confundida que apoya el aborto, olvida a la familia y el esfuerzo y da la espalda a los viejos valores que la izquierda está dinamitando.
Italia no es un país cualquiera y su dimensión mundial consagrará la verdad sobre la autentica derecha que se está abriendo paso en Europa y también en muchos espacios del mundo. Italia, con su genialidad creativa y agudeza, se ha adelantado a la historia muchas veces y sus ideas, preferencias y decisiones se han convertido en anticipo de tendencias y modas mundiales.
También caerá la adoración mafiosa que padece la Comisión Europea ante las izquierdas marxistas, ante las cuales cierra los ojos y tolera su corrupción, su divorcio con sus pueblos, su suicida permisividad con los inmigrantes ilegales y sus tendencias antidemocráticas y tiránicas. El caso de la "amorosa" amistad de la presidenta de la Comisión, Úrsula von del Leyen, con el español Pedro Sánchez, probablemente el más corrompido y antidemocrático de todos los líderes europeos, es sintomático y vergonzante.
En España, la vieja derecha contaminada de socialismo se llama PP y la nueva derecha auténtica es VOX, partido que hoy registra una moción de censura contra el marxista Pedro Sánchez para desvelar sus mentiras y fracaso en el Congreso.
Los europeos se convencerán pronto de que las mal llamadas "extremas derechas" no son sino derechas sin contaminación izquierdista y que esos partidos representan una garantía real de igualdad, democracia, libertad y derechos, mucho más que una izquierda que sólo es maestra en el uso de la mentira y el engaño, que carece de principios, que engaña a sus electores, que empobrece a los países y que es capaz de gobernar con quien sea con tal de mantenerse en el poder, como ocurre en España, donde gobierna con lo peor de la sociedad, con independentistas, golpistas, amigos del terrorismo y comunistas totalitarios con pasado asesino.
Las nuevas derechas defienden e impulsan todo lo que las izquierdas marxistas han destrozado: la religión, la familia, las raíces cristianas de Europa, el esfuerzo, la integración de los inmigrantes, los valores, la limpieza, la unidad y los nacimientos.
Francisco Rubiales