En los últimos días, los socialistas preparan una discutida amnistía, muy mal mirada por la derecha y la extrema derecha que no solo la rechaza con palabras sino con sus actos violentos. Fueron así contra el acuerdo alcanzado entre los socialistas y los independentistas catalanes, que incluye una ley de amnistía que facilitaría la investidura de Pedro Sánchez con el respaldo de ERC y Junts. El viernes, 3 de los presentes, unas 800 personas —según fuentes policiales— acudieron a la sede nacional del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, a mostrar su rechazo hacia la amnistía con gritos de “libertad”, “Pedro Sánchez eres un traidor” o “viva Franco”. El acto se saldó con un detenido por desobediencia. Al día siguiente, sábado, unas 250 personas —según Delegación del Gobierno— volvieron a manifestarse en la calle Ferraz, protestando por el acuerdo de los socialistas con ERC y la futura ley de amnistía de cara a la investidura de Pedro Sánchez. Entre los manifestantes se encontraba la expresidenta popular de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que animó a los allí presentes a cortar el tráfico de la calle. “Yo cortaría el tráfico”, señaló Aguirre, haciendo gestos para que la acompañasen. La expresidenta exigía al PSOE que, si quería hacer la amnistía, hiciese un referéndum sobre ella: “El PSOE ha negado la amnistía hasta hace dos días. Si quiere hacer la amnistía que haga un referéndum y que lo pregunte, que todos los españoles tengamos derecho a votar”. Y, a pesar de ser un paso de peatones, se lanzó a la carretera, animando a los presentes en la concentración a hacer lo mismo. Pero, al no estar la concentración notificada, la policía comenzó a desalojar la calle. La actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, compartió un vídeo en Twitter en el que la policía apartaba a una persona mayor: “Cuando nos dicen que Sánchez va a perdonar a los CDR, a los espías rusos y a los malversadores y corruptos, en Madrid se llevan a comisaría a un hombre de 70 años que solo expresaba su descontento...”. Unas palabras que tuvieron que ser desmentidas de inmediato por el delegado del Gobierno en la capital, Fran Martín Aguirre: “Presidenta, esta persona NO ha sido detenida. Se le ha acompañado hasta la valla tras la que tenía que permanecer. Por favor, ahorrémonos los bulos y respetemos la labor de la @policia. Inflamar continuamente conlleva el deterioro de la convivencia. Seamos responsables”.
La exdiputada del PP, Celia Villalobos, criticó a Esperanza Aguirre por su protesta ante el PSOE. Condenó la protesta en la que participó su compañera de partido, Esperanza Aguirre: “Fue un gran error y, desde luego, a mí no me representa”, afirmó la exdiputada Villalobos en 'laSexta Xplica'. Villalobos, ocupó varios cargos políticos durante los Gobiernos del PP hasta que en 2019 anunció que dejaba la política. Desde entonces, al igual que Aguirre, colabora activamente con varios programas de televisión en los que ejerce de tertuliana. De hecho, Villalobos cree que no deberían producirse manifestaciones frente a la sede del PSOE. “Este partido al que pertenezco [el PP] ha padecido escraches, y me parece tan mal como lo que está sucediendo ahora. La forma de protestar no es en la puerta del PSOE”, agregó. La que fuera ministra de Sanidad durante el Gobierno de Aznar se mostró “preocupada” por la “radicalización” de la sociedad española. “Una de las cosas que más me preocupa en este momento es la radicalización que se está produciendo en este país. Lo que Murillo Ferrol llamaba 'la U del conflicto': la extrema izquierda, la extrema derecha y un espacio infinito en medio vacío”, argumentó. Villalobos dijo sentir “pavor” ante la posibilidad de que “los radicales vayan más lejos” porque eso podría derivar en una situación “incontrolable”. “Me da miedo y me da una preocupación enorme esta situación. Me parece una locura, como cuando se manifestaban en la puerta del PP o le hicieron un escrache a la vicepresidenta que acababa de llegar de un hospital de dar a luz a su hijo. Esas cosas me parecen fuera de lugar entonces y ahora”. Villalobos recordó que “la democracia tiene otros mecanismos para defendernos”, e insistió en que “el problema” es que se tomen decisiones “irreversibles” que supongan un peligro para el sistema democrático.
El domingo, 5, en el programa La Roca, de la Sexta, Aguirre llegaba a expresar que “la mayoría parlamentaria no lo puede todo. Imagínate que le da por aprobar la pena de muerte, la esclavitud o la desigualdad entre hombres y mujeres”, explicó: “Estoy regular de la olla y cuando me llamasteis de La Roca creí que era para ayer y llamé a las 17:10 diciendo 'oye, que no ha venido el coche' y entonces me dijeron que era mañana. En vista de eso, como es al lado de mi casa, me fui a la 'manifa'. Es que si hubiera venido aquí no me habría dado tiempo” explicó Aguirre, asegurado que, además, el tráfico ya lo habían cortado las lecheras. La expresidenta de la Comunidad de Madrid justificó en La Roca su presencia en la manifestación no autorizada que tuvo lugar el sábado, en la calle Ferraz de Madrid, a las puertas de la sede del PSOE, en contra de la amnistía. “No era una concentración, era una reunión de gente. Además, éramos poquísimos”. E indicó que ella no cortó el tráfico, sino que lo hicieron las 28 lecheras que había en la manifestación. Fuera lo que fuera, el hecho es que, una vez prendido el fuego, al día siguiente, lunes, lejos de haberse pagado, se propagó con más fuerza
La extrema derecha sacó a la calle a miles de personas para protestar de nuevo ante las sedes del PSOE, en Madrid y otras capitales. “Vamos a Ferraz”, dijo Santiago Abascal en Twitter. Su marca juvenil, Revuelta, se encargó de la convocatoria, que cortó calles sin autorización y acabó en bengalas, encapuchados forzando el cordón policial, gases lacrimógenos, cargas y con tres detenidos y atentado a la autoridad. Durante la noche del lunes se registraron protestas en las diferentes sedes del PSOE de España. La más multitudinaria y donde se produjeron más tensiones fue en la sede madrileña de la calle Ferraz. Unos 3.800 manifestantes intentaron romper el cordón policial y asaltar el edificio al grito de “¡A por ellos!”. El vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, se encuentran en el lugar, tras defender que su partido estaría en la calle “con los compatriotas” y no permitirá que se dé un “golpe” contra la unidad de España. Como en las últimas manifestaciones, los agentes establecieron un control frente a la sede, pero en un momento determinado un grupo numeroso intentó saltarlo y comenzaron las cargas. La policía lanzó pelotas de goma y botes de humo en las protestas. Las protestas que fueron organizadas por 'Revuelta', un grupo juvenil vinculado a Vox que se definen como “patriotas unitarios españoles”. Los actos se repitieron en las sedes socialistas de Barcelona, Valencia, Badajoz, Sevilla, El Puerto de Santamaría (Cádiz), Oviedo, Salamanca, Tarragona, Zaragoza y Valladolid. En Barcelona o Valencia acudieron personalidades fuertes del partido como Ignacio Garriga y Carlos Flores, entre otros. “Sánchez traidor, qué te vote Txapote, socialistas golpistas o Puigdemont a prisión” fueron algunas de las consignas lanzadas. El líder del partido de ultraderecha y el vicepresidente de Castilla y León encabezaron la manifestación, que fue controlada por la Policía tras un intento de romper el cordón de seguridad. Entre los asistentes se congregaron miembros pertenecientes a organizaciones neonazis. Sobre las 21.00 horas, se disipó la manifestación, momento en el que un grupo de asistentes, algunos encapuchados y ataviados con máscaras, encendió bengalas, petardos y lanzó botes de humo al grito de “¡Ni un paso atrás!” o “la sede del PSOE la vamos a quemar”.
Santiago Abascal recalcó el martes la tarde de concentración ante la sede socialista. Su gesto, aparentemente improvisado por la hora en que se produjo, con manifestantes cercando el edificio, contaba con unos movimientos previos que entonces se desconocían. Antes de dejarse ver en la concentración de la calle Ferraz, ya había llamado a la movilización “permanente” contra el PSOE y el Gobierno en funciones. Al tiempo, el presidente de Vox lanzaba: “Quiero advertir a los españoles que se van a manifestar que no caigan en las provocaciones de alborotadores profesionales que sin duda van a enviar a las manifestaciones el PSOE y el Gobierno”. Agentes de la Unidad de Intervención Policial que protegían la sede del PSOE realizaron una carga para dispersar a los manifestantes cuando un grupo de ellos, los ubicados más cerca del cordón policial, estaban a punto de rebasarlo tras encender bengalas. En las protestas previas habían ocupado las primeras líneas de la concentración jóvenes que portaban banderas de Revuelta, una asociación juvenil nacida hace un año y apadrinada por líderes de Vox para dar la “batalla cultural” en las universidades. Sus integrantes aseguran organizarse para defender “los valores cristianos” y de “reconquista”.
Neonazis, franquistas y otros grupos ultraderechistas organizados llevaron la violencia a distintos puntos del centro de la capital durante la noche del martes. Manifestaciones ultras arengadas por Vox y justificadas por el PP, que entraron en una escalada de violencia difícil de frenar, lanzando proclamas racistas, homófobas y guerracivilistas. Una noche en la que los manifestantes ondearon banderas franquistas, cantaron el “Cara al Sol” con el saludo fascista, lanzaron bengalas, petardos, botellas, sillas y mesas a los agentes de la Policía Nacional y a los periodistas, rompieron material urbano y quemaron contenedores. Convocada por Vox y por grupos ultraderechistas como Desokupa, la protesta arrancó a las ocho de la tarde. Poco después un bloque de la manifestación — liderado por Daniel Esteve, líder de Desokupa, y Alvise Pérez, agitador de la extrema derecha— se dirigió hacia el Congreso de los Diputados cortando la Gran Vía. Y, al ser frenados por el amplio dispositivo policial desplegado frente a la Cámara Baja, retrocedieron de nuevo hacia la calle Ferraz, donde comenzaron los enfrentamientos violentos con la Policía Nacional. Noche en la que el líder de Vox, Santiago Abascal, escribió en redes sociales que “la violencia es responsabilidad de Marlaska” y que los episodios violentos eran la respuesta a “las órdenes políticas de cargar y gasear a manifestantes pacíficos el lunes”. Pidió incluso a la Policía que “no obedezca órdenes ilegales” en las manifestaciones contra sedes del PSOE e instó a los agentes a rebelarse contra la Delegación del Gobierno en Madrid, el Ministerio del Interior y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Noche en la que Abascal defendió como “legal y pacífica” la protesta. Y en la que grupos de asistentes, encapuchados y ataviados con máscaras, encendieron bengalas, petardos y lanzaron botes de humo al grito de “España no se vende, España se defiende”, “¡Ni un paso atrás!” o “la sede del PSOE la vamos a quemar”, “Puigdemont a prisión”… Esa noche acabó con 6 detenidos y 39 heridos, 29 de ellos agentes de Policía.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, denunció las protestas contra la amnistía en varias sedes del PSOE en España y mandó su apoyo y cariño a la militancia socialista tras los altercados registrados frente a la sede nacional del partido en Madrid, y aseguró que “nadie será capaz de amedrentar al PSOE”. En un mensaje en la red social X, recogido por Europa Press, Sánchez sostuvo que atacar las sedes del PSOE es “atacar a la democracia y a todos los que creen en ella”. Asimismo, recordó que, tras más de 140 años de historia del partido, “nunca nadie será capaz de amedrentar al PSOE. Seguiremos adelante”. El mensaje llegó después de que miles de personas protestaran contra la amnistía frente a las sedes del PSOE de toda España. Isabel Rodríguez, la portavoz del Gobierno en funciones y ministra de Política Territorial, compareció ante los medios tras el Consejo de Ministros y exigió al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, la “condena rotunda” de los “ataques” a las sedes socialistas en varios puntos de España. Criticó los ataques a las sedes que “atentan contra la democracia” y recordó al PP que la Constitución “otorga un papel fundamental a los partidos políticos en democracia”. En un comunicado, el PP negó estar detrás de las manifestaciones de Ferraz ni de ninguna de las sedes, pero criticó las cargas policiales y cargó contra la delegación del Gobierno en Madrid por dar dicha orden. Condenó “cualquier tipo de violencia e insistió en culpar a Sánchez de la situación. Algo que Rodríguez (y el resto del PSOE) lamentó. “La actitud del PP debería ser muy distinta. Atentar contra los partidos políticos es atentar contra la democracia y estamos hablando de hechos muy relevantes. El PP tendría que estar condenando con rotundidad los ataques al Partido Socialista Obrero Español”, reprochó Rodríguez. La portavoz socialista en el Senado, Eva Granados, adelantó que su grupo propuso en la Cámara una declaración institucional para condenar el “acoso sufrido” en las sedes del partido. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendió la actuación de la Policía Nacional y garantizó que, por lo menos desde que ocupa el cargo, las fuerzas de seguridad “no obedecen ningún criterio político”, sino operativo. “Me molesta muchísimo que alguien ponga en tela de juicio la profesionalidad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en este caso de la Policía Nacional”. E insistió en su llamada a “la derecha y la ultraderecha” para que tengan un discurso claro en favor de la paz y la sensatez, porque el “acoso” a la sede del PSOE y la “coacción”, “no cabe en una democracia”.
Juanlu Sánchez tituló en “Al día” del pasado miércoles “Desahogo ultra”, en el que recuerda: “La ultraderecha vive su primer momento de protagonismo en la calle, tras el fiasco electoral. Y se ha desahogado a gusto. Alentados por Vox y capitaneados por el líder de Desokupa, un experto en bulos, y varias organizaciones neonazis, el centro de Madrid vivió anoche una caótica marcha que empezó cerca de la sede del PSOE, luego se lanzó a ocupar Gran Vía y llegó hasta el Congreso, para más tarde intentar de nuevo llegar a Ferraz. Una ruta improvisada, sin notificar oficialmente, toreando por media ciudad a la Policía que escoltaba la marcha. Luego empezaron las provocaciones directas a los agentes y el lanzamiento de objetos, adoquines, y petardos: ‘Con nosotros no tenéis cojones’. Los antidisturbios cargaron finalmente a las 22h para disolver al grupo que, entre Caras al Sol, ‘yo soy nazi’ y vivas a España, habían derribado varias veces las vallas para acceder hasta la sede del PSOE”. Ese mismo día, un millar de personas se volvió a concentrar en Ferraz ante un fuerte cordón policial, con consignas parecidas. Los manifestantes trataron de mantener una protesta pacífica, expulsando a los provocadores y a quienes iban encapuchadas. “Que no tengan razones para tirarnos gases lacrimógenos”, arengaron con un megáfono en una mano y un escudo del Capitán América con los colores de Vox en la otra. Pero los asistentes aprovecharon su rechazo a la amnistía para lanzar consignas racistas. “Con los moros no tenéis cojones”, “Esas lecheras [furgones policiales] a la frontera” o “España cristiana, nunca musulmana” gritaron en varios momentos de la protesta, sin dejar de gritar consignas falangistas como “Ni izquierda, ni derecha, el yugo y las flechas”. Y varios periodistas fueron agredidos mientras hacían su trabajo. Un equipo de Antena 3 noticias recibió insultos, así como golpes por parte de algunos asistentes. Se oyeron proclamas de “prensa española, manipuladora”, “Periodistas, fuera de aquí”, y un periodista de la CNN fue víctima de agresiones de los manifestantes. El profesional recibió empujones y tuvo que abandonar el lugar tras ser acusado de “mentiroso”, “di la verdad”, “fuera”, “masones”…
Amanda García escribió el pasado jueves que fuentes cercanas a Feijóo reconocían su “preocupación” por la violencia desencadenada el miércoles. “Fuentes cercanas a Feijóo reconocen en Público su ‘preocupación’ por la violencia desencadenada en la calle Ferraz (sede nacional del PSOE) y alrededores. Aceptaban que las convocatorias de protesta frente a las sedes del PSOE se estaban convirtiendo en un llamamiento a grupos ultras e intentaban distanciarse, aunque al mismo tiempo los usaban de argumento para justificar un ‘malestar social’ del que Pedro Sánchez era el ‘principal responsable’. Desde Génova, insistieron en que mantendrían la presión en la calle y se ponían de perfil con los llamamientos de la extrema derecha a asediar las sedes del Partido Socialista. ‘No comentamos los errores o aciertos de Vox’, dijeron fuentes del PP, al mismo tiempo que apuntaban que los incidentes violentos protagonizados por neonazis y falangistas eran un balón de oxígeno para Sánchez. La estrategia del PP, donde cada vez más voces señalaban a Feijóo que debía ser firme en su condena a las acciones de los sectores más radicales de la extrema derecha, pasarían por una ‘gran convocatoria’ el próximo domingo, 12 de noviembre. Preveían una asistencia masiva y no rechazaban que la extrema derecha de Vox pudiera sumarse a ellos. “No les invitaremos oficialmente, pero que venga quien quiera”, aseguraron. Por su parte, los de Santiago Abascal siguió alentando las protestas en la calle Ferraz y otras sedes del PSOE por todo el país, a pesar de los importantes episodios violentos vividos en la noche del martes…Lo cierto es que el líder conservador llegó al Parlamento dispuesto a enmendarse a sí mismo y condenar la violencia horas después de considerarlo como un síntoma del ‘malestar social’ causado por Sánchez. Minutos después, su número dos’ Cuca Gamarra, lanzaba un mensaje cualitativamente distinto: ‘Nada justifica la violencia que se ha vivido hoy por parte de una minoría. Mi rotunda condena’. Feijóo no se sumó a esta postura hasta el día siguiente, arrastrado también por una Isabel Díaz Ayuso que manifestaba: ‘Yo con los ultras no voy ni a la vuelta de la esquina’. El presidente nacional del PP no hizo ninguna referencia explícita a las protestas frente a Ferraz. Desde Génova se resistían a reconocer el cambio en el discurso de Feijóo y sostenían que su hoja de ruta no había cambiado: manifestaciones pacíficas por todo el país el próximo domingo y “una gran concentración” el sábado 18 de noviembre, en Cibeles (Madrid)”.
La convocatoria del jueves congregó a unas 8.000 personas, según la Delegación del Gobierno, desencadenando momentos de enfrentamientos y cargas policiales con 24 detenciones y 39 heridos, entre ellos 7 agentes. El presidente de Vox, Santiago Abascal -—socio de Feijóo de día, ultra en Ferraz de noche— se sumó a la protesta antes de los momentos de tensión, afirmando que “hay que estar en la calle hasta detener el golpe”. Los habituales encapuchados se enfrentaron a las fuerzas policiales, lanzando objetos y huevos conta los periodistas presentes. Los radicales, en primera fila tras el cordón policial, lanzaron consignas como “¡A por ellos!” y arrojando diversos objetos como latas, petardos, botellas de cristal y bengalas hacia la policía, en intentos de superar el fuerte dispositivo de seguridad establecido para impedir el acceso a la sede nacional del PSOE. Además, se exhibieron banderas 'tuneadas', como la bandera de España recortada, la cruz de Borgoña o el emblema socialista del puño y la rosa, reemplazando este último por una pistola y se corearon cánticos como “Puigdemont, a prisión” o “Sánchez traidor”. También se escucharon pitos, caceroladas y gritos contra la monarquía y contra la prensa. Se mostraron pancartas con mensajes como “España no paga traidores. Amnistía no” o “No amnesty for terrorists. Europe, save us!”. Algunos manifestantes incluso rompieron una bandera de la Unión Europea. Además, se exhibieron banderas 'tuneadas', como la bandera de España recortada, la cruz de Borgoña o el emblema socialista del puño y la rosa, reemplazando este último por una pistola. También hubo proclamas racistas y gestos asociados a ideologías fascistas, lo que llevó a la intervención de los antidisturbios. Tras la disolución de la protesta, un grupo de manifestantes se sentó pacíficamente en una de las calles cercanas a Ferraz, expresando consignas como “Policía, únete” o “prensa española, manipuladora”, críticas contra la monarquía y contra partidos políticos como el PP y el PSOE. Más tarde, pasadas las 23:45 horas, se registraron controles policiales en la calle Princesa y apagaron un contenedor en llamas en la calle Tutor.
La Policía blindó la sede del PSOE, en Ferraz, ante la octava jornada de protestas, que reunió a 4.000 personas, según los datos de la Delegación de Gobierno. La tensión entre los manifestantes fue en aumento a pesar de la lluvia. Algunos manifestantes pitaron y recriminaron la acción violenta. Otros continuaron lanzando lemas racistas e increpando a la prensa y a la Policía, con sus furgones. Un manifestante agredió a un periodista de La Sexta al grito de “fuera, fuera” y los grupos ultras y neonazis, en primera fila, con las caras tapadas, fueron tomando protagonismo con el paso de las horas, con sus cánticos y gestos fascistas y sus banderas preconstitucionales. Y, como de costumbre, lanzaron petardos, cristales y otro tipo de objetos contra los agentes y la prensa y desafiaron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al grito de “policía defiende tu nación”. Además de corear los ya clásicos lemas en estas concentraciones contra Pedro Sánchez o Puigdemont: “Sánchez, hijo de puta”, “Sánchez, traidor” e incluso una alusión al nazismo, al corear “Sánchez, cámara de gas”. Se escucharon gritos contra los “rojos” en general y en defensa de la unidad de España, no suficientemente reivindicada últimamente, según una parte de los presentes, por el rey Felipe VI, a quien también dedicaron calificativos hostiles, como el rey es un “cabrón” que “no defiende a la nación”. Pero debido a la lluvia, muchos de los asistentes decidieron abandonar la zona.
Las protestas frente a la sede nacional del PSOE en la calle de Ferraz reunieron ayer a casi dos mil personas que protagonizaron las mismas imágenes, cánticos y consignas que en los días pasados. Los manifestantes derribaron las vallas sobre las 21.45 horas, tras el aumento de la tensión por el lanzamiento de petardos y objetos como botellas de plástico y de vidrio a los agentes. Se oyeron proclamas racistas como “moros no, España no es un zoo”, “España es cristiana, no musulmana”, “Puigdemont, a prisión”, “Pedro Sánchez, a prisión”, “PSOE y PP la misma mierda es”, “Hay que quemar Ferraz”… La novena jornada de protestas frente a la sede del Partido Socialista fue muy similar a las anteriores, aunque el nivel de violencia se incrementó. También se escuchó en varias ocasiones el 'Cara al Sol' y se volvieron a ondear banderas franquistas. Los asistentes más violentos, siguiendo la táctica habitual, incrementaron la presión al derribar las vallas del dispositivo policial y los agentes cargaron contra algunos manifestantes. En varias calles se congregan pequeños grupos de manifestantes que plantaron cara a los antidisturbios. Las televisiones mostraron detalles de las carreras y enfrenamientos diversos con la policía. El grupo mayoritario en la parte superior de la calle Marqués de Urquijo, mientras que junto a Ferraz quedaron los más pacíficos, que permanecieron vigilados. Al menos catorce personas fueron detenidas, ocho por desórdenes públicos y uno por atentado contra la autoridad, según la Delegación del Gobierno de Madrid. Otros tres manifestantes fueron atendidos por diversas lesiones, dos de ellos por contusiones y cortes en la rodilla y otro por un golpe en la cabeza.
Según informan fuentes policiales a Vozpópuli, los ultras intentan explotar desde dentro las protestas de la calle Ferraz. En los días en los que se han vivido disturbios, la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional - que trabaja para identificar a estos individuos y sus papeles dentro de las organizaciones-, ha detectado una dinámica en sus acciones. Los investigadores comprobaron que el uso de bengalas marcaba el inicio del fin de la concentración pacífica y un llamamiento a los radicales para la toma de posiciones. La Policía Nacional ha detectado que las protestas frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz cuentan con una media diaria de un centenar de radicales. Son los grupos que acuden solo con el objetivo de proferir insultos y de buscar la violencia.
Otros comentarios, imágenes, fotomontajes y fotos:
El miércoles, tras una primera reacción en la que achacaba las protestas violentas del martes en Madrid al “malestar social”, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de Diputados, rechazó y condenó la violencia, aunque sin referirse en ningún momento a las manifestaciones ultras frente a la sede nacional del PSOE. Además, señaló a Pedro Sánchez como “principal responsable” y acusó a los socialistas de ser ellos quienes no condenan la violencia, añadiendo que el PP no aceptará “ni una sola lección” de quienes trabajan para que los actos violentos “queden impunes”.
Isabel Díaz Ayuso afirmó el jueves que el acuerdo entre PSOE y Junts para la amnistía supone “entrar en una dictadura”. En plena pandemia, Ayuso ya calificaba de “autoritario” al Ejecutivo debido a la “dictadura de las mascarillas” por las restricciones y el estado de alarma que se tuvo que poner en marcha para contener la covid.
A través de un mensaje en X, red social antiguamente conocida como Twitter, la periodista Rosa Villacastín ha escrito: “Toda mi solidaridad con los socialistas, insultados, vapuleados por el Partido Popular, rabiosos como están por no haber ganado las elecciones, diga lo que diga Feijóo. Ojo que son muy peligrosos porque les apoyan las fuerzas vivas”.
El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Manel F, Vergara, Flavita Banana, Dávila, J. M. Nieto, Miliki y Duarte, Riki Blanco, Sansón, Tomas Serrano…
Pep Roig, desde Mallorca:
Los vídeos de esta semana:
ESPERANZA AGUIRRE CORTA LA CALLE FERRAZ EN PROTESTA CONTRA LA AMNISTÍA FRENTE A LA SEDE DEL PSOE
La Policía corta Ferraz por una manifestación contra los pactos del PSOE y la ley de amnistía
Gallardo y Abascal lideran una violenta manifestación que intenta asaltar Ferraz: "A por ellos"
AMNISTÍA: TRES detenidos en las PROTESTAS ante la SEDE del PSOE en MADRID | RTVE Noticias
La ultraderecha incendia las calles de Madrid en otra jornada de protestas en Ferraz
El líder de Vox, Santiago Abascal, llega a Ferraz para participar en la concentración.
La derecha, la calle y la hemeroteca.
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