Nos han lanzado el bulo que son un "partido ejemplar" y que España va "en la buena dirección"
Ayer, mientras veía las imágenes por televisión de la Convención del PP en Valladolid, tuve la sensación que estaba viendo las mismas secuencias que, años atrás visioné con El Método. Justo enfrente del auditorio Antonio Miguel Delibes – lugar de la convención – estaban concentrados cientos de manifestantes provenientes de distintas "mareas". Mientras en el interior del auditorio hablaban de política, miles de señores encorbatados y señoras de "punto en blanco", en la calle – a escasos metros del recinto – se hallaba la muestra de un pueblo cabreado, o mejor dicho, indignado con sus elegidos. Mientras dentro se hablaba de "lo bien que va el partido" y lo "felices que somos con el poder en la mano", fuera se gritaban los eslóganes en contra de: el aborto, los desahucios, las preferentes, la lomce, la cuestión catalana, el paro, la corrupción… temas, por cierto, que no se hablaban dentro. Es, queridos lectores y lectoras, el contraste entre la "miopía liberal" de quienes "le-gí-ti-ma-men-te" nos gobiernan y “el realismo" de la calle, el que pone los "pelos de gallina" a cualquier ciudadano que se considere demócrata.
Por mucho que defienda Cospedal “la unificación del partido", lo cierto y verdad, es que su Presidente de Honor – el señor Aznar – no ha estado presente en un acto, tan importante para su partido, como lo es una Convención con miles de militantes y barones regionales. Posiblemente José María esté ocupadísimo con sus cursillos, conferencias y presentaciones de libros – posiblemente – pero yo me pregunto: ¿tan importantes son tales menesteres como para plantar a los suyos en un acontecimiento semejante?, ¿no será que su orgullo herido y nostalgia de “expresidente” han sido más fuertes que la humildad de un "simple" militante? La cuestión es que la ausencia del "honorífico" solamente siembra dudas y enturbia las aguas de su partido. No solamente ha estado ausente José María sino que Mayor Oreja, exministro de Aznar, tampoco se ha dejado ver por allí. El cabeza de cartel, durante años, a las elecciones europeas – digo durante años porque para las próximas ha confirmado que "no se presentará" – no ha estado presente en el acto, según él: "para evitar controversia", o sea, manchar la imagen idílica que se desea vender con la convención acerca de un "partido unido", tal y como dejó "ordenado" Fraga antes de morir. Y para postre, de los postrísimos, tampoco han estado presentes ni Vidal Cuadras ni Ortega Lara; no lo han estado porque, como ustedes saben bien, estarán preparando la estrategia de su "nueva empresa", el partido VOX, para quitarles votos, no podía ser de otra manera, al PP.
Llegados a este punto, ¿no les parece a ustedes que la derecha está rota?, sinceramente pienso que sí. Pienso que sí y lo argumento porque desde el caso Bárcenas; las declaraciones de Aznar, en su famosa entrevista en Antena 3; la doctrina Parot y la Ley del Aborto, se han producido escisiones, o sea, grietas en el seno del PP. Las voces discordantes de Cifuentes acerca del "proyecto Gallardón"; los dardos lanzados por Aznar sobre su hipotético regreso; el platón de Oreja al proyecto europeo, según las "malas lenguas" provocado por las desavenencias con Rajoy acerca del terrorismo; la "marcha atrás" sobre la privatización de la sanidad madrileña; las declaraciones intermitentes de Aguirre y; por supuesto, no nos olvidemos, del caso Bárcenas que aunque esté algo enfriado, y más que lo estará con la destitución de Pedro Jota, seguirá arrojando alguna que otra "perlita" a lo largo del año. A pesar de todos estos indicios, en la Convención de Valladolid todo ha transcurrido con "normalidad". Nos han lanzado el bulo que son un "partido ejemplar" y que España va "en la buena dirección", pero se han olvidado de hablar de la "basura" que nos están dejando en sus dos años de gobierno. Claro, de eso no interesa hablar. ¡Saben poco!