Si España cae derrotada por Chile y no logra clasificarse, el rápido regreso de los jóvenes millonarios del fútbol será un desastre para la casta política española, ya que la derrota inesperada de los campeones del mundo sumará frustración y desencanto a una ciudadanía que desea un cambio político profundo y la sustitución de los políticos actuales, marcados por la corrupción, el fracaso y el rechazo ciudadano, por gente decente, demócrata y capaz de anteponer el bien común a sus egoísmos y miserias.
Una decepción futbolística en Brasil podría precipitar la ruina del actual sistema, muy dañado por el rechazo ciudadano y por la creciente debilidad de los dos grandes partidos que lo sostienen: el PP y el PSOE, que pierden votos y apoyos constantemente y que hasta empiezan a perder adhesiones en los grupos empresariales y financieros que influyen poderosamente en los mercados y en la política mundial.