Una vez suspendidas las operaciones militares durante el invierno de 1925, Abd el-Krim aprovecho para intentar negociar con Francia a través del británico Gordon Canning, pero los franceses respetaron el compromiso que habían suscrito con España, mediante el cual, ninguno de los dos países negociaría con los rifeños por separado.
El 6 de febrero de 1926 se reunieron Primo de Rivera y Pétain y acordaron reanudar las operaciones con la llegada de la primavera. El 15 de marzo los altos mandos españoles y franceses se reunieron en Uazzán para concretar un plan de operaciones que acabara con la resistencia rifeña. Las operaciones dieron comienzo en abril, momento en que Abd el-Krim aprovechó para solicitar, esta vez a ambas partes, una reunión que tendría lugar en Uxada, momento en el que se suspendieron las operaciones. En vista de que no se llegaba a un acuerdo, el 7 de mayo se rompieron las negociaciones, retomándose las operaciones al día siguiente, con unos 25.000 hombres. Que avanzaron hacia el sudeste sufriendo importantes bajas para un avance de, tan solo, tres kilómetros.
El día 9 los rifeños intensificaron su resistencia en la Loma de los Morabos, con un importante número de bajas. El 10 de mayo el coronel Varela, al mando de los regulares de Ceuta y Tetuán, se lanzó sobre dicha Loma, mientras la jarca de Tetuán y los regulares de Melilla atacaban la Loma del Cañón; objetivos ocupados que provocaron romper el frente de Iberloken. Del 11 al 18 de mayo se sucedieron las conquistas de las diversas poblaciones cercanas a la alcazaba de Snada, donde Abd el-Krim se había retirado. Por fin, el día 21, el general Sanjurjo pudo hacer el recorrido Axdir-Melilla por tierra.
Desde Snada, Abd el-Krim inició gestiones para entregarse a los franceses, los cuales aceptaron su rendición a cambio de la liberación de todos los franceses y españoles que se encontraban en poder de los rifeños. El 26 de mayo fueron liberados 283 prisioneros, con lo que, al día siguiente, el caudillo rifeño, se presentó en Izemmuren a 15 kilómetros de Targuist, desde donde fue conducido a Taza, y posteriormente a Fez. Esta rendición de Abd el-Krim, causó un hondo malestar en las autoridades españolas, ya que se les dejó al margen de las negociaciones, a pesar de haberse acordado que, cualquier negociación se llevaría de manera conjunta.
Una vez derrotado Abd el-Krim, solo quedaba someter a las cabilas a las que nunca antes se había dominado: la de la región de Gomara a occidente, y las de Ketama y la confederación de Senhaya, en el confín meridional del Rif.
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BIBLIOGRAFÍA
El sueño colonial – Las guerras de España en Marruecos. Federico Villalobos
En el Barranco del Lobo – Las Guerras de Marruecos. María Rosa de Madariaga
Morir en África – La epopeya de los soldados españoles en el Desastre de Annual. Luis Miguel Francisco
Annual el desastre de España en el Rif 1921. Manuel Leguineche
Lloverá Tierra Seca sobre Annual. Santiago Díaz Morlán
El Desastre de Annual. Ricardo Fernández de la Reguera y Susana March
Diversos capítulos de mis Blogs Personales: COSAS DE HISTORIA Y ARTE y Una biografía en tu pantalla. Ramón Martín Pérez
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