La desaparición de Annie Thorne. C. J. Tudor

Por Mientrasleo @MientrasleoS

     "Incluso antes de entrar en la casita, Gary sabe que algo no va bien.    
     Es el olor empalagoso que sale por la puerta abierta, las moscas que revolotean en el calor pegajoso del recibidor. Por si esto no fuera indicio suficiente de que algo horrible ha ocurrido en esa casa, horrible en el peor sentido posible, el silencio lo confirma. 
     Hay un elegante Fiat blanco aparcado en el camino de acceso, una bicicleta apoyada frente a la puerta principal y unas botas de goma tiradas justo al otro lado del umbral. El hogar de una familia. Incluso cuando el hogar de una familia está vacío, quedan en él ecos de vida. No es normal que se irradie una sensación opresiva y siniestra bajo un asfixiante manto de silencio, como en aquella casa".

     Tras El hombre de tiza Tenía curiosidad por saber qué línea elegiría Tudor en su siguiente novela. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La desaparición de Annie Thorne.
     Conocemos a Joe Thorne cuando regresa a su pueblo natal, Arnhill. Es un hombre adulto que lleva la tragedia de lo sucedido en su juventud marcando sus pasos. Siendo adolescente su hermana Anne desapareció durante dos días pero, a su regreso, no era la misma niña. De hecho no era Anne en absoluto. Ahora ha recibido un mensaje en el que le dicen que lo que le sucedió a su hermana está volviendo a suceder en Arnhill. Y Joe ha vuelto.
     Leí El hombre de tiza con la esperanza de haber encontrado un sustituto de aquellas novelas ochenteras de King. No fue así. Pero si El Rey ya no es el mis, ¿por qué iban a serlo quienes siguen su estela? De hecho, a partir de una determinada página tuve bastante claro a qué libro rendía homenaje en esta ocasión Tudor, solo que no puedo decirlo sin destriparos el final. Lo que si puedo adelantaros es que una comunidad pequeña, jóvenes adolescentes, matones, parias y trazos oscuros marcan esta historia tanto, que bien  podría haberse ambientado en Maine.
     Podría dividir la novela de Tudor en dos partes diferenciadas, y no son el Antes y el Ahora, pese a que la novela al moverse en el recuerdo, se sitúa a caballo entre dos lineas temporales. Las partes que yo distingo son la construcción de un thriller tal y como promete la presentación que se está haciendo de la novela, y una segunda parte con una incursión sobrenatural. Y, si tengo que ser sincera, me ha gustado más la primera. Tudor nos da un retrato estupendo de una comunidad y de quienes la integran, ya sea en el pasado con los conflictos mineros, o en la actualidad, rozando ese tema tan habitual que es el acoso escolar, para mostrar que muchas veces no se le presta la atención deseada. Sin embargo en la segunda parte, Tudor peca de cautela, tal vez temiendo perder a los lectores cuyos pies están firmemente afianzados en el realismo, y no termina de adentrarse lo suficiente en el tema como para darle la sostenibilidad necesaria a muchas de las situaciones que plantea. Y es que lo sobrenatural no sirve con nombrarlo, también hay que explicarlo para que el lector de ese necesario salto de fe. Y, sobre todo, hay que cuidar a los personajes que lo rodean, ya que en este caso he tenido la sensación de que todo el mundo se encogía de hombros aceptando cualquier cosa que pudiera suceder. Ha sido eso lo que ha provocado un descreimiento en la historia que me ha acompañado hasta las últimas páginas, empañando la primera buena impresión que había tenido. No es suficiente con inventarse una historia y escribirla, hay que construirle un armazón para que se sostenga y, en mi opinión, esa es la parte en la que esta novela hace aguas. Me pensaré si darle otra oportunidad.
     La desaparición de Annie Thorne ha resultado una novela insuficiente pese a que prometía ser una lectura entretenida.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.