Unas de las versiones que busca apuntalar la intervención de Estados Unidos en Venezuela, insiste en que el país del Norte es el primer productor mundial de petróleo de esquisto, por lo tanto “no tendría un interés inmediato en los recursos venezolanos”. La falsedad de este aserto es fácilmente demostrable, sin mencionar las propias declaraciones de John Bolton sobre los beneficios para las empresas norteamericanas que podrían explotar el petróleo venezolano o las del mismo Trump que durante la campaña electoral estableció un “precio” para las intervenciones norteamericanas en los países productores de petroleo: “50%.”
Según Laurent Horvath, geo-economista de la energía: “Estados Unidos tiene una necesidad inmediata de apropiarse del oro negro venezolano. A pesar de que EE. UU., se ha convertido en el mayor productor de petróleo del mundo, la mala calidad de su petróleo les obliga a incorporar el crudo extrapesado de Venezuela para producir queroseno y diésel. Si la ligereza del esquisto es excelente para productos petroquímicos, pesticidas o plásticos, el diésel y el queroseno deben mezclarse con un crudo más pesado. Para producir estos combustibles, las refinerías del país importan más de 500,000 barriles por día de crudo extrapesado de Venezuela. Canadá podría ayudar a Washington, pero la limitada capacidad de transporte y los costos significativos de las producción petrolífera de Alberta, están retrasando el proceso. Para evitar dispararse a sí mismo en el pie con las severas sanciones financieras impuestas por el régimen del presidente Trump , los Estados Unidos continúan aceptando entregas de crudo venezolano, pero los pagos se realizan depósitos en cuentas bloqueadas”. [1]
Los intereses de la Unión Europea en participar de la apropiación del petroleo venezolano
De acuerdo a Laurent Horvath “Se espera que ExxonMobil y Chevron se hagan cargo de las instalaciones petroleras venezolanas y suministren refinerías estadounidenses. La francesa (Total), la británica (BP) y la española (Repsol) también participan en esta operación, de ahí la cooperación inmediata del presidente Emmanuel Macron y la primera ministra Theresa May y Pedro Sánchez“.
Si miramos esta cuestión a mediano y largo plazo, es fácil entender, sin muchas dotes geopoliticas, que el petroleo se esta acabando y de acuerdo a Eduardo Solorzano “para el año 2072 no habrá producción y sólo las reservas que algunos tengan serán sumamente valiosas”[2]
Si los Estados Unidos es el primer productor de petroleo y controla las mayores reservas mundiales de este recurso que se encuentran en Venezuela, es fácil entender el poder que tendría sobre la China y Rusia. Razón de mas para comprender la gravedad de la apuesta geopolitica para el cambio de Gobierno que, habiendo fracasado como Golpe de Estado, tiende a militarizarse. Para los Estados Unidos la cuestión de Venezuela versa sobre su hegemonía mundial. Es muchísimo mas importante que lo que fue en su tiempo: Vietnam.