Cuando uno ya no cree más en sí mismo…
Tras varios intentos de solución fallidos, uno se pone a revisar cuál ha sido el error de su plan, sin embargo, no halla respuesta. Ante la falta de explicación, la sensación de “haberlo probado todo”, “haber desgastado la ilusión”, la energía se agota… hasta la extenuación. Es entonces cuando ya no veo una salida, no creo que exista, no me creo los mensajes de ánimo que llegan de mi alrededor, ya no confío más en mí mismo.
La desesperanza consiste en un estilo atribucional que impide que la luz pueda llegar a nosotros en forma de soluciones a nuestro problema. Las circunstancias y nuestro agotamiento nos llevan a pensar que la causa de nuestro problema es estable, global e interna, de manera que ya nada podemos hacer por salir del túnel. Es lógico que la consecuencia sea un estado de ánimo de profunda tristeza, la desesperanza se considera un factor de vulnerabilidad para la depresión. Asociada con la falta de energía, baja autoestima… De esta forma, no sólo nos consideramos incapaces de hallar la solución, sino que además presentimos que esto va a seguir siendo así.
Nubes de tempestad que rompe el rayo
y en fuego ornáis las desprendidas orlas,
arrebatado entre la niebla oscura,
¡llevadme con vosotras!
Llevadme por piedad a donde el vértigo
con la razón me arranque la memoria…
¡Por piedad…! ¡Tengo miedo de quedarme
con mi dolor a solas!
Gustavo Adolfo Bécquer
Fragmento de la rima LII.
Esta es una reflexión acerca de nuestra manera de “enfocar” los problemas. En ocasiones escuchamos la frase “yo soy pesimista porque en realidad soy realista”. Nada más lejos, la realidad, construida en un espacio compartido entre lo que nos rodea y nosotros mismos, en ocasiones puede ser dolorosa, otras veces puede ser injusta, dramática, pero no sólo es eso. La realidad es un espacio potencial abierto a diferentes posibilidades, no sólo una de ellas. Es decir, aquello que nos espera no necesariamente tiene que ser de una única manera.
La realidad se construye, y para eso la manera que tenemos de enfocarla es fundamental.
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