La desintegración moral del Ejército de EE.UU., factor de desestabilización del país.

Publicado el 18 noviembre 2013 por Jmartoranoster
flickr.com / Chris Asadian Una ola de violencia y corrupción ha invadido a las Fuerzas Armadas de EE.UU. El vandalismo, robos, asesinatos, violaciones -inclusive el abuso sexual a niños- son los crímenes ‘más populares’ de los soldados estadounidenses. Los delitos sexuales y las torturas ya se han convertido en una marca del Ejército de EE.UU., opina en un artículo el Doctor en Ciencias Históricas y Académico Alexánder Samsónov. Uno de los escándalos de corrupción más recientes fue la suspensión de dos dirigentes de la Oficina de Inteligencia Naval. El vice almirante Ted Branch, director de inteligencia naval, y el contralmirante Bruce Loveless, director de operaciones de inteligencia,  están de licencia temporal por divulgar documentos clasificados. Los oficiales intercambiaban información por entradas para conciertos de celebridades, pasajes y estancias en hoteles de lujo, así como por servicios de prostitutas.Cada año en EE.UU. se registran decenas de miles de delitos cometidos por soldados y oficiales contra sus colegas y civiles. Tras una encuesta realizada en la primavera del 2003 se reveló que un tercio de las mujeres militares durante su servicio sufrieron intentos de violación y más del 30% fueron violadas una o varias veces.El pasado mes de mayo el Pentágono anunció que el año pasado el número de delitos sexuales en el Ejército estadounidense ascendió a 26.000, lo que supone un crecimiento de más de un tercio. Solo un 13% de las víctimas acudieron a las autoridades. Esto se debe a la indiferencia y la ocultación de tales casos por parte de los comandantes, “dado que no quieren lavar sus trapos sucios en público”. Otra pesadilla del Ejército de EE.UU. es la adicción al alcohol y las drogas. El informe del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de las Ciencias del 2012 indicó que el número de militares que regularmente abusan del alcohol se incrementó de un 35% en 1998 al 47% en el 2008. También se observa un crecimiento en la cantidad de militares drogadictos. Si en el 2002 solo un 2% de los efectivos abusaban de los medicamentos recetados que contenían estupefacientes, en el 2008 el número se elevó al 11%. Motivo por el cual continuamente aparecen fotos y videos con militares estadounidenses torturando a personas o posando con cadáveres, “incluso profanando tumbas y muchas otras cosas que no encajan con el comportamiento social”, resume el académico. Esta pauta no solamente ha afectado a las tropas, sino también a los altos cargos de las fuerzas militares de EE.UU. En octubre el general estadounidense Michael Carey de la Fuerza Aérea, a cargo de los misiles nucleares intercontinentales, fue relevado de sus funciones “por una conducta personal inapropiada”. El alcohol arruinó la carrera del militar e incluso se ha iniciado un proceso penal en su contra. En junio suspendieron del cargo al comandante de la división de las fuerzas de EE.UU. en Japón, el mayor general Michael Harrison. El comandante encubría a los criminales y obstaculizaba las investigaciones falsificando los informes. Alexánder Samsónov añade que precisamente en Japón, los combatientes norteamericanos se hicieron famosos por los escándalos relacionados con la violencia contra las mujeres japonesas, incluidas las menores. “Los estadounidenses todavía se sienten como vencedores en suelo japonés y creen que pueden hacer lo que les apetezca”, explica el historiador. Existen varios casos recientes de suspensión de jefes militares que encabezaban con éxito las operaciones en Afganistán e Irak, pero perdieron su carrera y reputación por la adicción al alcohol, los juegos de azar, o por casos de acoso sexual, distribución de pornografía y hasta sodomía. La descomposición del Ejército de EE.UU., incluyendo a sus generales, es un signo muy peligroso para esta superpotencia, subraya Samsónov. Si no se establece un orden en las Fuerzas Armadas de EE.UU., en vez de un cuerpo en apoyo del Estado se convertirán en uno de los principales factores de desestabilización de la nación./Rt.com