Desde las 19, una importante cantidad de personas, que superaron las 300, se acercó hasta la Normal y colmó el salón de actos, en espera de este reconocido médico quien, desde hace muchos años, trabaja para combatir la desnutrición infantil, a la que define como el único causante de debilidad mental generado por el hombre y que se puede combatir y prevenir.
En su disertación se refirió a la lucha contra la desnutrición desde la prevención y la recuperación y explicó la metodología con la que trabajan en los centros CONIN, que plantea un abordaje integral de esta problemática. También expresó que este mal debe combatirse con la unión de los ciudadanos, el Estado y las ONGs.
Antes de la charla con los vecinos, brindó una pequeña conferencia de prensa, en la que se mostró no sólo contento de estar en Luján, sino agradecido por la gran cantidad de personas que asistieron a escucharlo.
“Al principio se empieza muy precariamente, muy humildemente, pero esto tiene que ir creciendo, porque es necesario. Hay muchos chicos que están en un cono de sombra del cual no podrán salir si no los ayudamos, entonces es bueno que los ayudemos”, comenzó, y aseguró que cuando esta lucha ya no sea necesaria y se haya terminado con la desnutrición infantil, los centros CONIN se cerrarán y reabrirán como bibliotecas. “Pero cuando son necesarios, lo correcto es estar. Tenemos que estar. Nosotros somos los adultos de la sociedad y tenemos que tener respuestas concretas para esos chicos que nos reclaman respuestas concretas. No existen papeles pequeños, existen actores mediocres. Por pequeño que sea el papelito que nos toque representar, si lo hacemos con el corazón, sin duda que la cosa va a cambiar, y se va a modificar”, expresó.
Albino intentó explicar la importancia de poder brindar, en la actualidad, ayuda a los niños que sufren de desnutrición, porque “el chico necesita que hoy decidamos acciones, hoy forma su sangre, hoy está formando su cerebro, hoy está entrando en anemia, hoy quiere comer él” y agregó que la firma con la franquicia de la fundación CONIN debe pasar a un segundo lugar, siempre y cuando se atienda las necesidades de los chicos.
Siempre en la misma sintonía, aseguró que “es fácil echarle la culpa al Estado”, pero que es necesario entender que se trata de un “problema de todos” y que por esa razón debe ser solucionado entre todos. “Los gobiernos, junto con las ONGs y la comunidad toda debemos trabajar. La patria está enferma, la madre está enferma, y cuando la madre está enferma yo no puedo andar especulando. Yo tengo que estar ahí, eso es lo que corresponde. Para lo que sea, tengo que ofrecerme. Los gobiernos solos no pueden salir de estos conflictos, la sociedad desorganizada menos, las ONGs solas menos. Pero entre todos podemos hacer maravillas”, consideró, y afirmó que esta problemática es al menos “un poquito más importante que cualquier otro tema que uno pueda tocar en el país, porque hace al recurso humano”.
“La desnutrición genera debilidad mental, la única que se puede prevenir, la única que se puede revertir, la única que es creada por el hombre. Y ese chico débil mental no tendrá ninguna posibilidad en el futuro. Tiene una: la cárcel. El 80 por ciento de los presos de la cárcel de Buenos Aires no tiene la primaria completa. Y no es que haya dejado la primaria porque no quiso estudiar, es porque no pudo educarse, porque no tiene cerebro y por eso no pudo educarse”, manifestó, y agregó, con dureza: “Ese chico insuficientemente cableado será un chico condenado de por vida al desempleo, al subempleo, a la marginalidad”.
Esa fue una de las razones por las que visitó Luján, explicó, para respaldar a quienes actualmente se encargan de combatir este mal. Con respecto a esta ciudad, no brindó, al menos en la conferencia de prensa, datos estadísticos concretos. Sin embargo, aseguró que uno de los indicadores de desnutrición puede ser la mortalidad infantil. En Argentina, comentó, este índice va desde un 4,8 por ciento en Tierra del Fuego, a un 20 por ciento en Formosa. Y finalizó: “El asunto es que nos demos cuenta de que todos somos necesarios en esto, que todos podemos contribuir, hasta hablando bien, eso ya es psicología social. En tanto y en cuanto se movilicen estas acciones y se fogoneen estas acciones, creo que vamos a poder quebrar este flagelo. Y creo también que el primer indicio de solución es el diagnóstico. Creo que hoy más que nunca hemos advertido el tema”.
Fuente: elcivismo.com.ar