Ahora llegamos al período sobre el cual, en lo que respecta a Londres, no hay historiadores ni tradición. Sin embargo, lo que sucedió puede leerse con certeza. Las legiones romanas fueron finalmente retiradas. Gran Bretaña se quedó para defenderse. Tenía que defenderse contra los piratas sajones en el este; contra los pictos y escoceses en el norte; y contra las tribus salvajes de las montañas en el oeste. Afortunadamente, no tenemos en estas páginas para intentar la historia de los dos siglos de batalla continua y la lucha que siguió antes de que la conquista inglesa trajo finalmente un tiempo de descanso y paz parcial. Pero debemos averiguar, si podemos, cómo le fue a Londres durante el largo intervalo.
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