Hoy domingo, Día del Señor, aprovecho para tratar el tema migratorio que está azotando a los países postcristianos en Occidente. Menos mal que he tenido tiempo de tratar el tema, porque mañana domingo no puedo escribirlo al ser día de descanso y además no me da tiempo antes de la iglesia pues los domingos por la mañana suelo montar a caballo para inspeccionar mis tierras y ver que todo esté en orden. He programado esta entrada para que se autopublique el domingo día 22 de enero. Abrid vuestras biblias (preferiblemente si la tienes en castellano, la mejor versión es la Reina Valera ANTIGUA) y si la lees en inglés, la mejor traducción es la KING JAMES VERSION, por supuesto, que es la más protestante de todas en lengua inglesa. Tenéis que tener cuidado con las traducciones modernas, porque varias editoriales se han vendido al diablo y han omitido clases enteras de pecadores, para «suavizar» el mensaje verdadero de Dios y así engañar a no pocos incautos con la corrección política. He dicho abrid vuestras biblias, por favor…concretamente, véte al libro de Isaías, el primer capítulo. El versículo 7 dice así: «Vuestra tierra está destruída, vuestras ciudades puestas á fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños. Es curioso que estas palabras del profeta Isaías están tomadas del mismo comienzo del libro que lleva su nombre, ¿verdad?
Israel era una nación fundada sobre la Palabra de Dios, como lo fue esta república de Estados Unidos en sus inicios. Sin embargo, cuando Isaías comenzó a escribir en el siglo VIII a. C., Israel se había desviado gravemente. Tanto es así que el Reino del Sur de Judá se enfrentó a lo que hoy llamaríamos una crisis existencial. Es decir, la continuación de Judá como nación estaba en duda. La combinación de corrupción interna y presión militar externa amenazaba con acabar con la nación.
Hay una gran cantidad de traducciones «modernas» de la Biblia. Algunas de ellas no son realmente traducciones, sino paráfrasis. Si hablamos de la lengua inglesa, la «New King James Version» es la mejor de las traducciones modernas. Debo confesar, no obstante, que tengo un gran amor por la versión King James o Autorizada de la Biblia y es la única que utilizo cuando se presenta la oportunidad. Tratando como estamos con la doctrina destructiva de inmigración de la Iglesia-Estado Católica Romana, me complace decir que la RVA ofrece la mejor traducción de Isaías 1:7, el versículo que acabamos de citar. La versión King James es aún más fuerte: utiliza la palabra DEVORAR, es decir, que los extranjeros DEVORAN la tierra que no es suya. La traducción de la AV de Isaías 1:7 llama nuestra atención por esta misma razón. Pone el objeto, «tu tierra», en la primera posición enfática de la cláusula. Pero la AV no es la mejor traducción de este versículo simplemente porque pone el énfasis en “tu tierra”. La AV es la mejor traducción, porque hace el mejor trabajo trayendo al inglés la fuerza original de las palabras del profeta en hebreo. Porque así es exactamente como lo escribió Isaías, puso “tu tierra” en la primera posición enfática de su cláusula. Y poner “tu tierra” en primera posición en la cláusula tuvo el mismo efecto en el hebreo original que en la traducción de AV. Llamó la atención de la gente. La tierra, la tierra prometida por Dios a la nación hebrea, la tierra donde fluye la leche y la miel, la tierra donde los israelitas habían vivido durante siglos. Era esta tierra la que estaba siendo devorada por extranjeros hostiles.
¿Y por qué los extranjeros devoraban la tierra de Judá? Tal y como Isaías aclara, fue por el pecado de Judá que esto estaba sucediendo. En un versículo anterior, Isaías había descrito a Judá como una “nación pecadora” que “se había desviado”. Es decir, los hombres de Judá no solo se habían desviado del rumbo de la santidad, sino que también iban totalmente en la dirección contraria a la que deberían haber ido. Isaías detalla sus muchos pecados a lo largo del resto del capítulo uno. Por cierto, varios comentaristas de la Biblia han afirmado, y con mucho sentido, que «devorar la nación» se refiere muy especialmente a la producción económica de un país. Y no solamente los extranjeros devoraban la tierra de Judá, sino que, para colmo de males, estaban devorando la tierra «en tu presencia». En castellano, tenemos el dicho “en tu cara”. Cuando hago algo “en tu cara”, no solo te estoy haciendo daño, sino que también te estoy insultando. Estoy diciendo, en efecto, «eres tan débil y cobarde, voy a desafiarte a que me detengas, pero sé que no lo harás». Ahora bien, si tengo respeto por alguien que sé que puede contraatacar, y si busco hacerle daño, lo haré a sus espaldas. No lo haré en su cara. Pero los extranjeros que devoraban los frutos de la tierra de Judá, no tenían respeto por Judá. Judá era débil espiritual y moralmente y, por lo tanto, no podía defenderse del saqueo y los insultos de estos extranjeros. Los extranjeros lo sabían, y también los judíos.
Hay, en mi opinión, un paralelo entre la situación de Judá en los días de Isaías y la condición de los Estados Unidos a principios del siglo XXI. Al igual que Judá, Estados Unidos se fundó sobre principios bíblicos. Fueron los puritanos quienes trajeron el cristianismo reformado al Nuevo Mundo, y esto estableció el patrón para lo que más tarde se convertiría en los Estados Unidos. Recordad que al principio, todo Estados Unidos era protestante: el 98 por ciento de la gente. El famoso historiador alemán Leopold von Ranke, dijo que Juan Calvino fue el “fundador virtual de América”. En un discurso pronunciado el 1 de agosto de 1776, Samuel Adams comentó: “Nuestros antepasados se despojaron del yugo del papado en la religión; para ti está reservado el honor de eliminar el papado de la política… Este día, confío, comenzará el reinado del protestantismo político.”
Pero tal y como Judá se había “retrocedido”, América con el tiempo comenzó a olvidarse del Señor, especialmente las LEYES del Señor. Las iglesias que una vez proclamaron fielmente el Evangelio en la época colonial, comenzaron a apostatar en el siglo XIX y, al menos las llamadas denominaciones protestantes principales, apostataban casi por completo a fines de la primera mitad del siglo XX. Considera la captura completa de la iglesia presbiteriana principal en las décadas de 1920 y 1930 por parte de los «progres», a pesar de los mejores esfuerzos de J. Gresham Machen y otros. Como resultado de esta captura satánica, una iglesia que una vez se gloriaba en el Evangelio de Jesucristo ahora se gloria en los «matrimonios» celebrados por homosexuales, y defienden el feminismo, así como por supuesto, las fronteras abiertas, el multiculturalismo, y el mestizaje, que son mensajes totalmente contrarios a la Biblia. Si Dios hubiese querido ese tipo de mundo, no habría hablado con tanta firmeza sobre NACIONES y fronteras en su Palabra divina ¿Os habéis dado cuenta que la gente que suele apoyar la degeneración sexual también es la misma que suele apoyar la inmigración masiva, el consumo y legalización de las drogas, el feminismo y los ataques a la fe cristiana? Hay una conexión muy clara entre esas ideologías, no os engañéis. Son ideas mundialistas, anticristianas y en consecuencia, nosotros somos enemigos de esas ideas. Ellos también son nuestros enemigos declarados, y por eso utilizan los medios de comunicación corruptos y las instituciones «democratizadas» de masas turbulentes y hostiles para atacarnos. Si fuera por ello, nosotros seríamos una organización ilegal porque saben que somos los únicos que les cuestionamos y les damos guerra.
En el capítulo 28 de Deuteronomio, el Señor en términos claros tanto las bendiciones que recibirán los israelitas si obedecen la voz del Señor, asi como las maldiciones que pueden esperar por su desobediencia: «El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo. El te prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola.» Si los israelitas fueron castigados por el Señor por su apostasía, y entiendo que el cuadro desastroso de Judá que Isaías pinta en el capítulo uno de su libro es el cumplimiento de las maldiciones descritas en Deuteronomio 28, ¿qué pasa con la América protestante? ¿Podemos esperar algo diferente? Quizás la incredulidad de las iglesias protestantes estadounidenses explica el surgimiento del romanismo católico político en Estados Unidos. Lejos estamos ya de aquellos días en el que un candidato católico a cualquier puesto de poder era motivo de asco y rechazo por nuestros ancestros libres protestantes. Os doy un ejemplo famoso a continuación.
En 1928, Al Smith, un antiguo miembro de Tammany Hall, la famosa maquinaria política demócrata corrupta de la ciudad de Nueva York, se convirtió en el primer católico romano en presentarse para presidente de EEUU. A pesar de la apostasía de los protestantes de Estados Unidos que ya estaba en marcha en 1928 (la diabólica Declaración de Auburn data de 1924), la candidatura de Smith aún logró causar un gran revuelo. El romanismo de Smith fue rechazado por Charles C. Marshall en The Atlantic. Marshall expresó la preocupación de muchos de que los dogmas de Roma eran irreconciliables con la Constitución que el presidente “debe apoyar y defender”. Marshall tenía razón al preocuparse, porque el pensamiento económico y político de la Iglesia-Estado católica-romana, así como las pretensiones del papado no pueden cuadrar con la Constitución americana de los padres fundadores. El pensamiento romano es totalmente liberticida y una amenaza directa a nuestros derechos desde la libertad de expresión al derecho de poder portar armas libremente. Al Smith perdió las elecciones de 1928 frente a Herbert Hoover. Pero 32 años después, en 1960, John F. Kennedy se convertiría en el primer presidente católico romano de Estados Unidos. Pero incluso en 1960, los protestantes estadounidenses todavía mostraban suficiente discernimiento como para preocuparse por la perspectiva de un católico romano en la Casa Blanca. Kennedy pronunció un famoso discurso ante la Asociación Ministerial del Gran Houston, cuyo propósito era convencer a los estadounidenses preocupados de que el romanismo de Kennedy lo llevaría a seguir al Papa y no a la Constitución. Según un artículo en «Politico», los ministros le dieron a Kennedy aplausos cerrados al final de su discurso, lo que subraya el debilitamiento del discernimiento protestante desde 1928. Cuando el católico romano John Kerry se postuló como demócrata en 2004, no hubo casi ninguna oposición de ninguna parte de Estados Unidos contra un presidente católico romano. El famoso predicador protestante de Alabama de principios del siglo XX, Bob Jones, dijo en un famoso sermón que «antes preferiría a un negro antes que a un católico en la Casa Blanca». Tal era la oposición a la iglesia católica romana cuando este país aun era de mayoría blanca protestante y celosa de sus libertades. El resto de la historia ya la conocéis. En el terrible año 2020, el católico romano Joe Biden derrocó al presbiteriano nominal Donald Trump para convertirse en el segundo presidente católico romano de Estados Unidos. Seguí esta elección de cerca y no recuerdo una sola objeción a Biden por ser romanista. En apenas 92 años, Estados Unidos pasó de sentir una gran alarma ante la idea de un católico romano en la Casa Blanca a una total indiferencia. Así son los tristes hechos. Incluso, si yo comentara esto a un grupo de personas ajenas a la iglesia de Cristo, se asombrarían y me dirían que estoy «loco», o que «vivo en el pasado» y que soy «anticuado». Incluso, algunos desgraciados me han llegado a decir que debería apuntarme al «Ku Klux Klan» solo porque ciertamente el KKK rechazaba a los católicos, ignorando que el KKK hoy en día, aparte de ser un grupo totalmente marginal lleno de indeseables, ADMITE a católicos, así que en todo caso son esa gentuza la que tendrían más en común con el KKK.
Pero la indiferencia de los protestantes estadounidenses ante el espectro de un presidente católico romano es en verdad un comentario sobre su falta de discernimiento y convicción real, y no sobre la falta de peligro que una Casa Blanca católica romana representa para esta República Constitucional. El pensamiento económico y político de Roma, a veces llamado enseñanza social católica, se opone a lo que considero «capitalismo constitucional», las enseñanzas económicas y políticas que se encuentran en las Escrituras, es decir, los 66 libros de la Biblia. El globalismo, el socialismo, el control de armas, el cambio climático, los ataques a la libertad de expresión, la «justicia social», la teoría crítica de la raza marxista y el movimiento homosexual/transgénero son solo algunos de los temas que Roma utiliza para atacar las libertades del histórico pueblo protestante estadounidense.
Pero hay otro tema en el que Roma está profundamente involucrada, uno que representa una amenaza existencial para Estados Unidos, sin embargo, la participación de Roma es casi completamente desconocida para el público. Ese tema es el tema principal de mi sermón hoy: la INMIGRACIÓN.
Puede ser una sorpresa para muchas personas enterarse que Roma está en el corazón de las crisis de inmigración en curso en Estados Unidos. Si bien las políticas de la administración actual son la causa de este desastre de inmigración, lo que no se aprecia es que la práctica de inmigración de la administración actual es realmente la práctica de la doctrina de inmigración destructiva de Roma, que a su vez se basa en la teología y la filosofía falsas de la Iglesia romana. Pero a pesar de la participación teórica y práctica de Roma en el lío de la inmigración de Estados Unidos, casi ninguna investigación se aplica al papel de Roma. El famoso experto Stephen D. Mumford entró en detalles sobre cómo Roma suprimió con éxito las críticas a sí misma en sus informes al Congreso en los años 70 del pasado siglo: «Todos los editores de ciudades en los Estados Unidos saben de la censura católica [romana] extraoficial de las noticias estadounidenses, pero casi todos los editores evitan discutir el fenómeno por temor a represalias. La Iglesia [romana] frecuentemente logra intimidar a los periódicos más poderosos mediante la protesta organizada y el boicot, aunque en muchos casos los hechos silenciados tienen una gran trascendencia social». Aunque yo no comparto la idea de Mumford sobre la esterilización forzosa, o aborto universal de gente pobre, estaría mintiendo si dijera que no es una solución tentadora. Si queréis leer el libro de Mumford sobre la amenaza del Vaticano, aquí lo tienes. El libro se titula «American Democracy and the Vatican: Population Growth and National Security».
Pero a pesar de los mejores esfuerzos de la Iglesia-Estado, alguna verdad logra filtrarse al público. Un ejemplo de esto son los comentarios del exfuncionario de la administración Stephen K. Bannon a The Washington Post en septiembre de 2017, poco después de su dimisión de la Casa Blanca de Trump, cito directamente en inglés:
Podéis pinchar el enlace para leer el artículo directamente. La Iglesia Católica está desesperada por llenar sus catedrales con inmigrantes principalmente de Sudamérica, que son todavía los más engañados por el catolicismo corrupto. Otro artículo, esta vez de Newsmax, también cita a Bannon en la misma línea. Bannon es católico, aclaro…pero se ha dado cuenta de lo tremendamente corrupta que es su iglesia. «El papa, más que cualquier otra persona, ha provocado la crisis migratoria en Europa también». Podéis leer el artículo aquí. Es curioso, más bien hipócrita debo decir, como el payaso del Vaticano, el papa argentino, critica a Trump por sus políticas migratorias, cuando el Vaticano no ha admitido NI UN SOLO REFUGIADO, ¿verdad? ¿Ustedes sabían que el Vaticano tiene la política migratoria más restrictiva del mundo? ¿Lo sabe?
En mi propia investigación, encontré más de dos docenas de organizaciones católicas romanas que trabajan abiertamente para ayudar a violar las leyes de inmigración estadounidenses. Uno de los ejemplos más notorios en este sentido es el grupo Caridades Católicas del Valle del Río Grande (CCRGV). Dirigida por una malvada monja llamada Norma Pimentel, esta organización recientemente fue investigada por dos grupos externos, Judicial Watch y Catholic Vote Civic Action, que presentaron una demanda gracias a la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) solicitando todas las comunicaciones entre la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU. , entre otros, CCRGV y la monja papista Norma Pimentel en su calidad de Directora Ejecutiva de CCRGV. Al estilo clásico de los bravucones chulescos, la publicación jesuita «America» publicó que “Dos monjas tienen un mensaje para los católicos enojados por su ministerio a los inmigrantes: ‘No tenemos ninguna intención de parar’”. El artículo continúa quejándose de cómo las “hermanas” han estado recibiendo llamadas telefónicas de acoso como resultado de la demanda de la FOIA, pero perseverarán en hacer lo que han estado haciendo todo el tiempo. Lee aquí el artículo jesuita…por cierto los jesuitas son una de las organizaciones más satánicas del mundo.
Ahora obviamente, como cristiano, no abogo por hacer llamadas telefónicas acosadoras a las personas, es decir, si realmente hubo llamadas telefónicas acosadoras; después de todo, estamos hablando de los jesuitas aquí, pero estas monjas y CCRGV no son las víctimas. Ellos son los responsables, los culpables de trabajar para subvertir la ley de inmigración estadounidense en beneficio de la Iglesia-Estado romana y en perjuicio del pueblo libre estadounidense. Si eres un ciudadano privado, no aconsejo llamar a estas monjas malvadas, pero sí deberían rellenar un informe policial para abrir diligencias judiciales que las investiguen. Eso es mucho más efectivo que llamarla por teléfono y llamarles por los nombres que les corresponde, que no puedo repetir por el pudor cristiano. Para que tengan ustedes más idea de lo realmente mentirosa y extralegal es esta monja, Norma Pimentel, fíjese lo que respondió durante la época en la cual Joe Biden estaba más preocupado por si te vacunabas o ponías mascarilla, y así perder tu puesto de trabajo, mientras ella llenaba el país de inmigrantes infectos de Covid y sabe Dios qué otras enfermedades peligrosas. Miren ustedes lo que le respondió al periodista Bill Melugin. Eso te debería dar una buena idea de quién es la monja Pimentel.
Antes de pasar a abordar la teoría económica y política que sustenta la desastrosa práctica de inmigración católica romana que está implementando la Administración Biden, me gustaría aclarar el término Anticristo que se usa en el título de este sermón. Cuando uso el término “Anticristo”, lo estoy usando en el sentido histórico, si no actual, definido por la Confesión de Fe de Westminster. La Confesión de Westminster original de 1647 tenía una definición clara del Anticristo que se encuentra en el Capítulo 25.6:
«No hay otra Cabeza de la Iglesia sino el Señor Jesucristo: ni el Papa de Roma, en ningún sentido, puede ser cabeza de ella; pero es ese Anticristo, ese hombre de pecado e hijo de perdición, que se exalta en la Iglesia contra Cristo, y todo lo que se llama Dios.»
Esta definición, una vez conocida por todos los creyentes reformados protestantes, ha sido en gran medida olvidada y relegada al basurero de la historia teológica. En la medida en que se recuerda, generalmente se desprecia como desagradable e injusta, y es mejor no mencionar un poco de la vergonzosa historia de la iglesia, porque la mayoría de las iglesias «cristianas» hoy lo son solo en nombre y buscan más bien llenarlas, suavizando el mensaje verdadero. Gracias a Dios que nuestra iglesia no ha caído en ese pecado tan grave, aunque siempre debemos estar muy cautelosos de si se nos cuela algún demonio con esas intenciones. Deben ser expulsados de la iglesia si no se arrepienten.
Es importante notar que la identificación del papado como el Anticristo no es una doctrina aislada, sino parte de una escuela más grande de pensamiento escatológico conocida como historicismo o la visión protestante de la interpretación profética. Otro aspecto importante del historicismo es reconocer el deseo de poder civil de la Iglesia-Estado romana. Al igual que su predecesor, el Imperio Romano, la Iglesia-Estado Católica Romana busca gobernar las naciones. En los siglos que siguieron a la Reforma protestante, Roma fue despojada en gran medida de su poder temporal. Pero Roma en los siglos XX y XXI es una institución que se recupera de una herida mortal. Lo que la Iglesia-Estado romana hizo a pequeña escala en la Edad Media es lo que desea lograr a escala global en el próximo milenio. Mi argumento es que el desastre de inmigración que estamos presenciando en los Estados Unidos bajo el actual presidente es el fruto maligno del impulso de la Iglesia-Estado romana por el imperio global. Esto hace que sea fundamental para los cristianos comprender y refutar las ideas que respaldan la desastrosa práctica actual de inmigración que vemos bajo el actual presidente y sus supervisores en la Iglesia de Roma.
Dos ideas clave impulsan el deseo de Roma para la migración masiva de bienestar. Primero, el principio económico defectuoso de Roma, el destino universal de todos los bienes. En segundo lugar, la agenda política globalista de Roma. El principio tomista del destino universal de todos los bienes es tan importante en el pensamiento católico que todos los demás derechos están sujetos a él. Este principio, el destino universal de todos los bienes, es la idea de que cuando Dios creó el mundo, se lo dio al hombre colectivamente. Es el comunismo original señores. Una de las implicaciones de la doctrina del destino universal de todos los bienes es que los derechos de propiedad no son absolutos sino que pueden ser anulados por otras preocupaciones. En la enseñanza social de Roma, la necesidad es el factor último para determinar la propiedad legítima. Quien necesite una propiedad debe poseerla. La necesidad hace propios los bienes ajenos. La necesidad es el último y único título moral de propiedad. Esta doctrina está muy evidente en la legislación de países como España, por ejemplo. La propia Constitución española, si bien reconoce la propiedad privada, también le añade una función social, y eso es lógico dado el origen católico en el pensamiento español cultural y legislativo. La Iglesia-Estado Romana está bien con la propiedad privada hasta cierto punto, pero cuando las cosas se ponen serias, la necesidad es lo único que realmente importa. Si tu prójimo necesita algo, y tienes un excedente de lo que necesita, puede tomarlo, y no es pecado ni delito que lo haga. ¿No me lo crees y piensas que exagero? Léelo DIRECTAMENTE de la boca del Papa Pablo VI.
Veamos ahora cómo el destino universal de todos los bienes se relaciona con la doctrina de inmigración de Roma. En un documento titulado “Enseñanza social católica sobre la inmigración y el movimiento de los pueblos”, escrito por el sacerdote católico Thomas Betz, Director de Servicios de Inmigración y Refugiados de la Arquidiócesis de Filadelfia y que se encuentra en la página web de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) , encontramos una lista de tres principios básicos de la doctrina social católica sobre la inmigración:
La primera nota principal de Betz es: “Las personas tienen derecho a migrar para mantener sus vidas y las vidas de sus familias”. Esto se basa en la enseñanza cristiana bíblica y antigua de que los bienes de la tierra pertenecen a todas las personas. Si bien el derecho a la propiedad privada se defiende en la enseñanza social católica, los individuos no tienen derecho a usar la propiedad privada sin tener en cuenta el bien común. Este es el destino universal de todos los bienes aplicado a la inmigración. Dicho un poco más sin rodeos, si un inmigrante ilegal de un país extranjero necesita tus cosas, tiene derecho a tomarlas. Y si él no tiene la capacidad de tomar sus cosas por sí mismo, es correcto y apropiado que el gobierno robe tus cosas a la fuerza mediante impuestos directos o por medios indirectos, como inflar la moneda, y dárselos a través de las decenas de programas de asistencia social en este país, que fueron establecidos en gran parte debido a los esfuerzos de la Iglesia-Estado Romana. Por ejemplo, los católicos en su mayoría apoyan que exista una sanidad pública, a pesar de que eso no solo es contrario a la Biblia, sino además es anticapitalista y por eso lo rechazamos aquí.
El próximo domingo continuamos.
Oremos: Santo Dios, protege nuestras libertades. Gracias por darnos la oportunidad de leer tu palabra y contemplar el panorama con el fin de que podamos intentar conservar nuestras libertades, aunque no las merecemos al ser una sociedad apóstata. Dios, pedimos que castigues a los infractores de las leyes migratorias y que pongas una maldición sobre aquellos que intentan hacernos vivir en un mundo contrario a tus leyes. En el nombre de Cristo oramos, Amén.