Antes de entrar en materia, no se rían si les digo que la prensa española en papel sigue viva gracias a los abuelos tigre. Si bien con la jubilación han reducido sus suscripciones a tres o cuatro, durante décadas han sufragado hasta quince publicaciones de diversa índole. En mi casa se han recibido puntualmente cada mañana Diario 16 hasta que dejó de existir y lo cambiaron por El Mundo, Expansión, Cinco Días, ABC y, desde que me fui casa, La Razón. Mis padres se definen como votantes de centro. De Suárez de toda la vida. Saquen ustedes sus propias conclusiones.
Sangre, sudor y lágrimas me costó explicarle a mi querido y nunca bien ponderado padre que no, que el marrón de la deuda pública española tiene, por mucho que nos duela, dueño patrio. Y voy más allá, Europa ya nos está rescatando bajo manga, el BCE luce desde hace poco una cartera bastante abultadita de deuda española. Ya puede el periódico maldito empeñarse en lo contrario pero los números no mienten. Se pueden interpretar mejor o peor pero mentir, no mienten. Les voy a dar las cifras redonditas para que puedan hacerse una composición de lugar fácilmente. En este momento hay en circulación casi seiscientos mil millones de deuda española entre letras, bonos y obligaciones.
Dos tercios de esos seiscientos mil millones están en manos españolas. Dos. Tercios. Casi cuatrocientos mil millones de eurazos. Uno de esos tercios lo tienen en concreto los bancos españoles. Encabezan el pelotón los bancos sanos con el liderados por el BBVA. Teniendo en cuenta que estos bancos son además Creadores de Mercado por lo que están obligados a acudir a las subastas de deuda, este panorama no tiene visos de cambiar a corto plazo. Es decir, si España se va al garete lo vamos a pagar de nuestros bolsillos. Directa e indirectamente. Porque el otro tercio lo tenemos los inversores españoles, institucionales y de a pie, y la administración.
Para elevarlo a película de terror del bueno les diré que los setenta mil millones de deuda española que tiene la administración se han comprado con el Fondo de Reserva de la Seguridad Social y el Fondo de Garantía de Depósitos entre otros. Es decir, que si hay quita de deuda se lleva por delante lo poco que quede de nuestras pensiones y de nuestros ahorros. Quién dijo miedo.
Los inversores extranjeros tienen un cuarto de la deuda pública española. No más. En el último año los inversores de fuera han soltado cien mil millones de lastre español. Ellos nos han vendido y nosotros nos hemos auto-comprado. Con dinero que no teníamos. Para nota. Ojo, esto no quiere decir que una quiebra española no les fuera hacer daño a los bancos alemanes. Les dolería. Mucho. Porque no sólo tienen deuda pública española sino que también los bancos españoles y otras entidades privadas les deben dinero. Pero no se dejen engañar, el sapo más gordo nos lo comeríamos aquí. En casa.
El resto lo tiene el Banco Central Europeo que muy amablemente se ha puesto no sólo a prestarles dinero a un interés bajísimo a nuestros bancos para que puedan comprar deuda, sino que ha tenido también el detalle de comprarnos casi cincuenta mil milloncejos de esa deuda que tan cara nos sale últimamente.
Si esto les suena a la pescadilla que se muerde la cola van ustedes muy bien encaminados. Lo es. España pide dinero a Europa para rescatar a los bancos que a la vez rescatan a España comprando deuda con dinero de Europa que no sólo se lo presta a los bancos para rescatar a España sino que además de rescatar a España le presta también para rescatar a los bancos.
Se lo puedo decir más claro. Pero no más alto.
Les dejo unos gráficos monísimos cortesía de @absolutexe para que lo vean con sus propios ojos. Pinchen aquí y aquí.
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