La deuda de Jalisco o el costo del despilfarro

Publicado el 16 enero 2013 por Javiermedinaloera

Emilio González Márquez, gobernador de Jalisco (Fotografía: Héctor Hernández).

Emilio González Márquez entregará en seis semanas el Gobierno del Estado con una deuda de 16 mil 609 millones de pesos. Hace seis años, cuando tomó posesión, la deuda ascendía a 4 cuatro mil 609 millones, lo que quiere decir que la entregará triplicada, habiendo endeudado al gobierno a un ritmo de casi dos mil millones de pesos anuales.Lo peor del caso es que esta deuda la hemos de pagar todos los jaliscienses, porque de otra manera, como ocurre con cualquier individuo o empresa que no cumple sus compromisos financieros, pues simplemente no le vuelven a prestar, exponiéndose además a que le cobren a lo “chino”, con el consecuente desprestigio, etcétera.Ahora es cuando adquiere mayor significado aquella pública “mentada” del  gobernador a quienes le advertían sobre posibles excesos en el gasto público, lo que quiere decir que el pueblo difícilmente se equivoca; quienes se equivocan a menudo son los gobernantes que carecen de la sensibilidad necesaria para interpretar con la debida oportunidad los mensajes de sus gobernados.Todos los jaliscienses, incluyendo a quienes entonces lo alabaron, habremos de sufrir ahora las consecuencias del despilfarro, porque para pagar tan monstruosa deuda, no hay más remedio que ajustarse el cinturón, privándonos de cosas tan necesarias como son escuelas, hospitales, caminos, presas, redes de agua potable y tantas otras obras y acciones que requieren los pueblos para su bienestar y progreso.Ojalá que esta lamentable experiencia sirva a los nuevos gobernantes, que están a punto de asumir sus cargos, para ejercer con el mayor escrúpulo el gasto público, aparte de que están obligados a investigar a fondo posibles malversaciones y rescatar hasta donde sea factible algún recurso de lo que ya se considera perdido, porque recuérdese que no sólo está en quiebra financiera el Gobierno del Estado, sino también el Poder Legislativo, donde hay cuentas por aclarar, así como muchos ayuntamientos.