La Deuda (The Debt), EE.UU. 2011

Publicado el 25 julio 2011 por Cineinvisible @cineinvisib

En la mítica De repente, el último verano (1959), Montgomery Clift le inyecta una sustancia a Elizabeth Taylor, que padece amnesia temporal, para le ayudará a recordar qué ocurrió durante las últimas vacaciones. La protagonista le pregunta tiernamente si se trata del suero de la verdad, el doctor le contesta que no existe y la afilada pluma de Gore Vidal, a partir de la obra de teatro de Tennessee Williams, escribe una de las réplicas inmortales de la historia del cine: ¿qué no existe, el suero o la verdad?

Javier Sábada decía que la verdad, si no es entera, se convierte en aliada  de lo falso y esta película muestra la dificultad de establecer una verdad historia y las consecuencias de un engaño necesario.

Adaptación del cine invisible, Ho-hav (2007) del israelita Assaf Bernstein, la cinematografía americana no ha podido resistir al encanto y el ritmo de esta intriga, bien escrita, y repleta de sorpresas.

El elegido para su remake ha sido John Madden, director de la oscarizada Shakespeare in Love (1998), que ha sabido rodearse de los mejores artistas de su país. En primer lugar, el compositor Thomas Newman, que ha creado una partitura que acompaña a la perfección e intensifica el carácter dramático de esta tortuosa historia, y por otra parte, un elenco de actores inspirados y comprometidos con esta trepidante ficción.

Helen Mirren, impecable como siempre, y Jessica Chastain, menos etérea que en The Tree of Life (2010) y entre la fragilidad justa y la dureza necesaria, Sam Worthington y Ciarán Hinds, Marton Csokas y Tom Wilkinson, interpretan a los protagonistas en su juventud y madurez, respectivamente, sin tener en cuenta, ni falta que hace, su parecido físico.

En 1965 tres agentes del Mossad (Servicio de Inteligencia de Israel) planean el secuestro del “cirujano de Birkenau”, un criminal de guerra nazi localizado en Berlín. El secuestrado intenta escapar pero la agente que le custodia opta por la dispararle antes de permitir su huida.

Treinta años después, un hombre en un asilo de Ucrania revela a los periodistas que él es el verdadero cirujano de Birkenau. En este tiempo las situaciones personales de los protagonistas han cambiado radicalmente pero les sigue uniendo un último e inconfesable secreto.

Un film apasionante del cine visible que conquista por sus interpretaciones, su ritmo musical y narrativo, que ofrece al espectador una historia adulta implicada en la realidad social, y que invita a la discusión, tras la película y en una terraza de verano, sobre lo que cada uno hubiese hecho en su lugar. ¿Qué más se puede pedir? ¿La verdad, además? Eso ya sería demasiado.