Esta dictadura se desarrolló bajo la dirección del Comité Revolucionario de Adictos al Sofá, cuerpo colegiado integrado por diferentes grupos vinculados al Movimiento Internacional del Dolce Far Niente. Su coordinador general e ideólogo era Máx Cansado, quien señalaría en su obra magna "50 tweets para que nos dejen tranquilos".
- El Movimiento de los Apoltronados nace del desquite frente a los necios agitadores que no dejan de hacer cosas para joder el planeta y pasear su ego en las pasarelas mundanas. Ellos son los culpables de convertir nuestra vida en un lugar convulso, cargante y enojoso.
- Nosotros, apoltronados del mundo, somos los garantes de un nuevo orden mullido que se asienta en la apatía revolucionaria, doméstica y austera frente al frenesí capitalista, bullanguero y hortera.
- Por nuestros cómodos sillones. Por nuestras abúlicas emociones. ¡Viva Paul Lafargue! ¡Arriba la Pereza! ¡Abajo la Presteza!
La Dictadura de los Apoltronados empezó tras la huelga de bicicletas vacías por parte de los riders de transporte de comida a domicilio en el temporal de lluvia y nieve acaecido por causa del cambio climático en diciembre del 2022. Esa huelga fue secundada por la llamada huelga de teléfonos vacíos en el sector del teletrabajo y por el colapso ulterior en el sector del comercio electrónico y bancario. Las redes sociales, dependientes de sus anunciantes, dejaron de funcionar, y finalmente las comunicaciones por Internet se volvieron tan lentas como en su fase primitiva.
Los trabajadores en huelga se pertrecharon de víveres, vaciaron hipermercados, supermercados y tiendas de proximidad y se encerraron en sus domicilios para entregarse a labores ociosas: dormir, comer, follar o ver series pendientes. Incluso los más atrevidos se atrevieron a coger algún polvoriento libro de las viejas estanterías aunque con escaso éxito, se habían desacostumbrado a su exagerada quietud y escaso colorismo.
Las inútiles peticiones del gobierno provisional - enfrascado en otra etapa de negociaciones políticas - junto a la de los próceres de las empresas de la economía emergente -las starups- o la promesa de los banqueros de abrir de nuevo las sucursales cerradas y volver a contratar al personal anterior, no tuvieron éxito y tras meses de desconcierto, desgobierno y de masivo hikikomori entre la población, el gobierno dimitió y el país se quedó tal cual estaba, pero sin que al menos nadie diera ya la cara.
El vacío de poder fue aprovechado por los grupos del Movimiento del Dolce Far Niente, que con suma facilidad hackearon los servidores de Internet para recuperar su potencial acostumbrada y desde allí instauraron un nuevo orden ciberdictatorial.
Fue entonces cuando se crearon tribunales revolucionarios online condenando a penas sumarísimas a los considerados responsables de la agitación y la tensión de los últimos años aunque al final las condenas no fueron ejecutadas, ya que nadie quiso abandonar la molicie y ejercer de carcelero o verdugo.
Los sectores intelectuales recelosos a la digitalización obligatoria, fueron eliminados del acceso a la información hasta que no decidieron someterse a diversos Cursos Online de Desintoxicación analógica y centrifugado de cerebros para eliminar en ellos todo rastro de cultura no avalada por los más afamados Youtubers e Instgramers.
Cualquier actividad laboral online, la única permitida, era precedida de un examen en el que los candidatos debían recitar de memoria las máximas del Manual del Apoltronado Ideal editado por la Academia Nacional de Indolentes Listillos.
Los antiguos centros de uso común - cines, auditorios, bibliotecas, gimnasios, estadios, museos, auditorios, centros cívicos etc.- ganaron popularidad al convertirse en almacenes de suministro de bienes a domicilio para lo cual los antiguos riders fueron obligados a trabajar de nuevo y centuplicar sus efectivos aunque esta vez para beneficio de la comunidad, según criterio de los nuevos gobernantes.
Pronto llegaron las desavenencias.
En el Comité Revolucionario de Adictos al Sofá estaban representados diferentes facciones. El más importante era el Ejército Emancipador de Rebeldes de Boquilla pero también había otras asociaciones relevantes: la Organización de Gamers Compulsivos y Obsesivos (OVCO), el Reagrupamiento Revolucionario de Radicales Roncadores (RRRR), laAcción para la Viralización de Tweets y Memes, los Versificadores Raperos Caseros Cansinos, el Grupo de Acción Cultural Trolls Tocahuevos sin Fronteras y en Red (TROTOF-R) la Hermandad de María (y el Hachís), los Farloperos y Pastilleros Unidos (FYPU), la Confederación de Cantantes de Karaoke en Fiestas de Cumpleaños y finalmente la Liga de Acción Nini.
Max Cansado, era el gran líder y conductor del proceso revolucionario. Un hombre de grandes conocimientos al haberse matriculado online en cuatro o cinco carreras universitarias sin acabar ninguna. Lamentablemente a pesar de su poder, caería a mediados del 2023 tras descubrirse que en los tiempos muertos entre cada Consejo de Ministros, practicaba deportes de riesgo en un sótano clandestino de su residencia gubernamental. Después de su derrocamiento, se produjeron luchas por el poder entre los diferentes organizaciones, hasta que después de semanas de adoctrinamiento youtuber el Ejército Emancipador de Rebeldes de Boquilla con su líder el General Domingo Depalique a la cabeza, se hizo dueño de la palabra en las redes y por lo tanto entre la población conectada y por conectarse. Tras su triunfo, el General Depalique convocó unas elecciones ciberpseudodemocráticas; promovió una nueva constitución aún más inservible que la anterior, y ya en posiciones furibundamente inmovilistas creo un nuevo partido el Movimiento hacia el Muermo Intransigente y Absoluto (MOMIA) con el que consiguió mantenerse en el poder en los siguientes años bajo el lema "Un tiempo de paz, autarquía, apatía,apalanca apalancamiento y modorra".
Durante la Dictadura de los Apoltronados numerosos ciudadanos hiperactivos y estresados se vieron obligados a exiliarse y obviamente muy pocos regresaron al país con la llegada al poder del General Domingo Depalique. Otros, en cambio, se decidieron por la lucha armada interior creando la Organización Guerillera Zumbada, Agitada y Pedante (OGZAP) pero su éxito fue muy escaso ya que a su pesar, no pudieron escapar del "campo meramente teórico".
La Dictadura de los Apoltronados se cobró numerosas víctimas provocadas por la excesiva domesticación y gandulería de la población. Sin embargo, a medida que ha pasado el tiempo, el recuerdo se ha vuelto entrañable entre algunos de los participantes en aquella confusa, relajada y apática revolución.