La dictadura que cayó pacíficamente

Publicado el 09 marzo 2017 por James Nightingale @atracoalpueblo

LA DICTADURA QUE CAYÓ PACÍFICAMENTE

Gambia, pequeño país de Africa, con 22 años en dictadura, tuvo su último proceso electoral en diciembre de 2016 donde fue imposible ocultar la masiva votación en contra que daba ganador al opositor Adama Barrow Por lo que el “presidente” Yahya Jammeh anunció que no reconocía los resultados, inmediatamente reaccionó la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) la cual reconoció al presidente electo, de inmediato formó un equipo negociador para intervenir en el caso el cual se puso un plazo de un mes que vencía el 19 de enero del 2017, seguidamente enviaron una misión de diálogo que se trasladó a la capital, le pidieron al dictador que cediera, que reconociera los resultados electorales, le ofrecieron asilo en en Nigeria, pero el bravucón dictador se negó rotundamente desatando un fuerte enfrentamiento público con los negociadores a quienes calificaba de intervencionistas, la Cedeao reconoció como presidente a Adama Barrow, elegido en los comicios, anunció que intervendría militarmente y formó un ejército de 4.000 hombres que se puso en marcha hácia Gambia, esto mientras los Gambianos emigraban en masa aterrorizados por lo que se avizoraba como un cruento enfrentamiento armado, pero no hubo tal cosa, el régimen se desmoronó, ministros y jefes militares dimitían en medio de un caos económico que paralizaba todo mientras la capital lucía un escenario de guerra con soldados del ejército dictatorial posicionados tras barricadas con alambradas y sacos de arena en las principales vias capitalinas, y así arribó de nuevo la misión para el diálogo enviada por la Cedeao la cual llevó una última oferta al dictador: asilo político en Guinea Ecuatorial y respeto a sus bienes, “lo cual aceptó”. ¿A que viene este cuento sobre Gambia? El relato que antecede es producto de una revisión que hice sobre el caso del país africano Gambia debido a la respuesta que recibí de un tuitero sobre la pregunta que lancé: “¿A estas alturas hay alguien que crea en un desenlace pacífico, democrático, electoral y constitucional a la tragedia venezolana?”El tema genera mucho interés, el récord de reproducciones en la red ha sido impresionante así como también el de las respuestas, muy pocas personas creen en una afirmativa, entre ellas esta a quien me refiero que contestó: “Sí, en Gambia, la dictadura salió pacíficamente con votos”. En realidad amigo tuitero, es que ese caso tuvo un desenlace favorable a los votos pero no solo por los votos, sino porque 1) el lider opositor que ganó se enfrascó en una fuerte lucha desafiando al dictador para que se respetaran los resultados 2) la comunidad internacional de la región promovió un diálogo pero solo para pedirle al dictador que reconociera los resultados so pena de aislarlo y atacarlo militarmente y ante la negativa, sin muchos retardos formó un ejército multinacional que traspasó fronteras en tres lugares diferentes y marchó hacia la capital. Todo esto muy distinto a la realidad venezolana, 1) la OEA es un organismo cuya defensa de la democracia es mas bien de naturaleza declarativa, y aún así no logra el consenso suficiente para pronunciarse colectivamente contra la dictadura venezolana, 2) la oposición no ha logrado ni cohesionarse lo suficiente, ni producir una línea ni una conducta clara y firme para echar al dictador. Así que insisto en la pregunta, pero alargada: “¿Es posible salir de una dictadura mediante un proceso electoral, democrático, pacífico y constitucional sin una oposición unida, clara, firme y resuelta a asumir su papel con todas las consecuencias que ello pudiera implicarle?Ah, se me olvidaba, en Gambia las redes sociales desde territorio dentro y del exterior activaban blogs, facebook, twitter, y otras que jugaron un papel fundamental en la difusión de las tropelías, violaciones a derechos humanos y robos de la élite político militar que generó conciencia en el exterior y en el país sobre el desastre de la dictadura y la necesidad de combatirla, y ningún opositor denigró de esos cibernautas catalogándolos de “guerreros del teclado”, ni “tuiterneitors”.Carlos Ramírez López @CarlosRamirezL3

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