La difícil relación entre las dos culturas

Publicado el 21 enero 2013 por Jmmulet

Acabo de leer, con gran placer, el último libro de Francisco García Olmedo titulado "En el Espejo de los Días". García-Olmedo es catedrático, jubilado, de la Universidad Politécnica de Madrid y uno de los referentes de la investigación en biotecnología en España. Fue uno de los primeros ¿o el primero? en realizar transformaciones de plantas y por ende en crear las primeras líneas de plantas transgénicas "made in Spain". Además es un brillante divulgador autor de libros como "La tercera revolución verde" o "el Ingenio del hambre", que son unas auténticas joyas. Este último libro viene a ser una especie de falso diario que transcurre entre el 28 de noviembre del 2011 y el 11 de julio del 2012 donde los hechos de cada día sirven de enlace o de excusa para ir deshilachando diferentes recuerdos o historias de su vida, a modo de autobiografía. Por lo tanto es un libro de un científico, pero no se habla de ciencia, o no mucho, ya que esta tiene un papel secundario o solo sirve de excusa. Hay muchos episodios relacionados con al vida de algunos de los muchos científicos que ha conocido, pero también se comentan episodios de la la vida social española y europea de las últimas décadas. Se me ha olvidado mencionar un pequeño detalle. García Olmedo es científico, pero también es autor de libros de poesía, de novelas y en su juventud hizo sus pinitos como guitarrista. El García de García Olmedo además lo emparenta con lo mejor de la literatura, puesto que es primo segundo de Federico García Lorca, de cuyos veranos con sus hermanas y sus estancias en la casa de Madrid da cumplida cuenta en el libro. García Olmedo además ha tenido, por circunstancias familiares o profesionales, la oportunidad de codearse con lo más granado de la intelectualidad y al política española. Así en el libro se pueden leer sus anécdotas con el pintor abstracto Fernando Zóbel, o con su familiar el pintor Guerrero, con Esperanza Aguirre, sus debates con dirigentes de Greenpeace o como en los años 50 estuvo a escasos 50 cm de cambiar la historia de España en una caseta de la feria de Sevilla. No estamos ante un libro de ciencias sino un libro de letras donde se habla de literatura, de arte y de política en primera persona, escrito por un científico, que a la vez es un gran humanista y hombre de letras. 

Mientras lo leía (en dos sentadas) no podía evitar pensar sobre el ficticio o artificioso mundo de las dos culturas, ese que dice que la gente es de ciencias o de letras. Que alguien sea digamos "de ciencias" no implica que no pueda dedicarse a la literatura con notable éxito, quizás la relación no sea biunívoca y es más raro encontrar a gente de letras que se dedique a la ciencia, aunque algunos libros brillantes de divulgación científica han sido escritos por gente que no tenía formación científica. Tampoco ayuda que entre cierto sector de la presunta "intelectualidad" o pseudointelectualidad española haya un cierto desdén o prejuicio hacia las ciencias, quizá como reacción por no admitir su propia ignorancia. 



Fuente: http://josepgmaynou.blogspot.es/
Si alguna vez escribo en un post que el Quijote lo escribió Lope de Vega, me dirían de burro para arriba y con razón. Por suerte, a pesar de ser "de ciencias" sé que lo escribió Cervantes, incluso siendo pejigotero podría decir que debido al éxito de la primera parte aparecieron varios Quijotes apócrifos, siendo el más conocido el Quijote de Avellaneda y esto fue una de las causas que llevó a Cervantes a escribir la segunda parte. En cambio en muchos artículos, columnas de opinión o declaraciones de gente "de letras" suelen meter la pata espectacularmente, confundir conceptos y dejar en evidencia su escaso rigor por lo menos para documentarse.Entre los ejemplos más destacados tendríamos a José Manuel de Prada cuestionando la evolución, a Cesar Vidal considerando la grafología como una ciencia o a Joan Rossell demostrando que no tiene ni idea de genética


El problema es que el desdén por la "cultura científica" parece ser algo más que alguna metida de pata sino que está bastante enquistado en nuestra cultura. por ejemplo, solo basta buscar términos científicos en el diccionario de la RAE para encontrarnos una falta de criterio y a veces de rigor en al definición de términos relacionados con la biología o la física (sobre este tema recomiendo este podcast de "El rincón prohibido").



Otra curiosidad de este conflicto entre las dos culturas y como se es más estricto con los de ciencias cuando hablan de letras, pero nunca a la inversa es cuando hacemos textos técnicos en castellano, como puede ser una tesis o un proyecto fin de carrera. La norma es traducir los términos científicos en inglés a su equivalente en castellano. eso tiene el problema que muchas veces no hay una traducción oficial. Por ejemplo, una búsqueda en una colección de genes (en inglés "screening") lo he visto traducido como escrutinio, cribado o rastreo. Incluso alguien ha tirado de traductor automático y se le ha escapado decir apantallamiento. Con la diferencia que un screening todo el mundo sabe o que es, y cuando utilizas el término en castellano no precisas a que te estás refiriendo, pero claro, utilizar el término inglés es un barbarismo y se penaliza en cualquier evaluación. Lo normal, para facilitar la lectura, es que la primera vez que se utiliza el término se pone entre paréntesis el nombre en inglés para especificar a que te refieres y evitar equívocos, algo que el lenguaje científico no puede permitirse. Sin embargo cuando vas a cualquier texto jurídico o en mucho textos históricos, aparecen muchísimas expresiones latinas y no se consideran barbarismos, sino cultismos y no tienen la categoría de error o de perversión del lenguaje. 

Volviendo al libro hay otra cosa que me ha hecho ser pesimista sobre la cultura científica en España. El libro está autoeditado. En una conferencia reciente en el IBMCP García Olmedo comentó la dificultad de encontrar editor para su obra más reciente. Hoy en día cuando entras en cualquier librería te das cuenta que se vende básicamente autoayuda, libros de cocina o dietas, libros de gente que sale por la tele y best sellers facilones. Una lástima que obras tan interesantes como  estas no puedan abrirse al público en general y queden como bocados de gourmet para que las disfrutemos unos pocos. 
Y esta es mi aportación al III carnaval de humanidades que con el el lema "con C de ciencia y Cultura" se aloja en el blog "El cuaderno de Calpurnia Tate".