Las olas. Ese es otro gran asunto. Cuando uno decide salir del agujero y encaramarse a la roca hay que aguantar las olas. No vale de nada esconderse esperando a que se vayan, porque nunca dejarán de golpear. Cada ola hace tus patas más fuertes. No importa lo finas que parezcan, están hechas para aguantar sobre la roca. El proceso evolutivo ha hecho que se desprendan tus patas delanteras del suelo. Así que, úsalas. Es importante que recuerdes lo afiladas que son tus pinzas. Ellas te protegerán, te abastecerán, pero debes aprender a utilizarlas. A diseccionar en partes más pequeñas, cada vez, presas más grandes.
Pareces fuerte metido en tu caparazón, en aquello que ya sabes, pero lo importante es lo que has venido a descubrir, a conocer, a aprender. Tienes todo el mar por delante. En esto consiste la difícil tarea de escribir una tesis.