Ya que parece que lo del lodo está de moda entre los que no lo conocen y que se lleva lo del fango entre los que jamás han salido de las moquetas. Los mismitos que no saben que es el barro de los cultivos de arroz o el “tarquim” de las acequias. Ellos que jamás se han ensuciado los zapatos hasta las rodillas son los que nos quieren explicar a nosotros, los que en mayor o menor medida vivimos del terruño o los que venimos de ver como nuestros padres y abuelos venían pues eso, del fango para intentar que las matas saliesen adelante. Por cierto, estos días en mi tierra el paisaje está cambiando, los campos están inundándose del agua que ha de hacer el fango, el fango necesario para plantar el arroz y un año más intentar sacar de eso, justamente de eso, del fango una buena cosecha. Si, resulta irónico que ellos ahora nos hablen del fango; No, señores míos, el fango no es en lo que andan ustedes sumergidos, el fango es noble al lado del ambiente putrefacto y asqueroso que invade de un tiempo a esta parte todo en el mundo de la cosa pública.
Pero un día de esto saldremos de esta ciénaga que han creado, dejaremos atrás la crispación y la confrontación entre bloques que a veces me parecen artificiales, como creadas para mantenernos entretenidos y otros como el fruto de la degradación de la clase política, una degradación paulatina que, mira tu por donde, se ha acelerado con la llegada del cerrilismo y sus ideas de “todo vale” que nos tomamos por algo pintoresco pero que no son nuevas. Lo de la esposa del presidente ya lo hemos vivido en Valencia, aquí asesinaron políticamente a la vicepresidenta de la Generalitat para conseguir el poder, les salió bien, pero no, el resto no nos hizo caso. Ha hecho falta que al Presidente del Gobierno le hayan “hecho pupa” para que se den cuenta de que esta gente no respeta nada y sacuden donde duele. Repetirán la operación una y otra vez, no lo dudes. Hasta que les salga bien.
Visto lo visto no parece que hedor vaya a disminuir próximamente. Continuarán degradando la vida política, te lo puedo asegurar. Lo harán porque son como los tiburones cuando huelen la sangre y esta vez han olido la carnaza. La tensión aumentará y, más allá de los anuncios vacíos esos de abrir las ventanas a la libertad de prensa o reformas judiciales, seguimos en un preocupante punto muerto. No parece que vayamos a ver la más que urgentes mejoras en el ambiente político, la calidad de la democracia o el funcionamiento de las instituciones.
Pero un día saldremos de esta, superaremos esta era de inmundicias y de aliento a la crispación patrocinada por unos a través de las redes sociales, algunas teles o los “periodicuchos patrocinados” y lo que es más preocupante, consentida por otros que intentan hacer lo mismo porque “no da para más”. Un día dejaremos atrás la campaña de polarización extrema y recuperaremos la dignidad institucional.
Nada de lo que vivimos es nuevo en realidad pero esta vez se junta con el nivel ínfimo político que ha llegado a las altas esferas. Nunca Habíamos caído tan bajo. Algún día volverá la decencia, eso espero.