No sólo se trata de los usuarios que acudan al servicio. También es irrespetuoso con los posibles trabajadores en silla de ruedas que pudiera tener el servicio ahora o en un futuro. «Que la propia Conselleria de Bienestar Social no evite las barreras arquitectónicas es grave», señala el CSIF. «Esta Administración debería dar ejemplo en materia de integración y barreras arquitectónicas y, en lugar de hacerlo, sitúa a sus empleados en este sótano, con lo que dificulta tanto su acceso como el de aquellos ciudadanos que acudan a realizar cualquier trámite». Hay 34 empleados públicos de ambas direcciones generales que desarrollan su labor en el sótano de esta torre.
Otra queja en una la larga lista
Desde su inauguración, las torres administrativas se han visto lastradas por otras denuncias como la falta de luz en el sótano o el exceso en las plantas, la gran sequedad ambiental, las escasas salidas de aire y la acumulación de insectos, como orugas, arañas, cucarachas y cochinillas. Igualmente han aparecido pulgas, lo que ha obligado a realizar fumigaciones. O la acumulación de excrementos de palomas que anidaban en el complejo hasta la colocación de redes contra las aves. Otra de las quejas sonadas fue que el empleado que vigila la entrada y salidas de vehículos del complejo administrativo estuviera en una mesa en mitad del parking sin barreras protectoras ni garita y sin la señalización exigible. A raíz de la denuncia revelada por Levante-EMV se le habilitó una cabina.
www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2014/10/28/salida-emergencia-discapacidad-severa/1180317.html
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