El otro día comiendo una picada con amigos llegue a sentir pena por las pobres aceitunas negras. Todos las discriminábamos, y me incluyo. No es que no me gusten pero prefiero las verdes.
Esto me llevó a recordar experiencias pasadas a las que llamaremos “investigaciones de campo” (todo sea en pos de la ciencia) y haciendo un balance estadístico, el 97.8% de las personas con las que he compartido “investigaciones de campo” mostraron marcada preferencia por las aceitunas verdes, y del 2.2% restante solo un 0.3% solo comen aceitunas negras.
¿A que se debe esto? Si al fin y al cabo la aceituna negra es tan solo la maduración de la verde. ¿Será que la gente se niega a madurar expresando inconscientemente su predilección por la inmadurez en las aceitunas? O peor aun, ¿será una discriminación inconsciente por su color? ¿habrá gente “aceitunisticamente” racista y no se atreve a revelarlo por temor a represalias, o al “que dirán”?
Particularmente, me gustan ambas, aunque debo confesar mi predilección hacia las verdes, lo que traduce mi marcada tendencia hacia lo inmaduro y mi negación absoluta a aceptar mi edad biológica.
Creo que deberíamos tomarnos unos minutos de introspección y reflexionar al respecto. Solo así podremos darle una oportunidad a esas pobres aceitunitas negras de integrarlas a las picadas, pizzas, salsas y todo aquello que se nos pueda ocurrir.