La disidencia siempre es apertura

Publicado el 12 marzo 2015 por Pablosiana @pablosiana
Jueves 12 de marzo, 19 horas. Centro La Lila, Oviedo:  Joven Asociación de Musicología de Asturias. II Ciclo de Música Antigua "Sonidos de la historia". Conferencia de Ángel Medina: "Disidencias del canto gregoriano".
Primera conferencia del "ciclo de los jueves" que organizan estos jóvenes de espíritu abierto, enamorados de la música sin etiquetas, consolidando la llamada antigua que tiene su espacio en la capital asturiana, estrenando escenario como es el Salón de Actos del Centro "La Lila", perfecto para eventos como el de esta tarde de jueves, donde el Catedrático Ángel Medina nos dio toda una clase magistral llena de anécdotas, ilustraciones musicales y sobre todo la amplitud de miras que da el conocimiento, presentado por la presidenta de la asociación María García.
Con el sustantivo tan sugerente de "disidencias" sumado al concepto que tenemos de canto gregoriano, pudimos comprobar de la mano de un estudioso cómo la unificación o intento de normalizar siempre supone perder identidad, más cuando además se realiza desde la imposición y el nepotismo. Interesantísimas teorías, bien documentadas como siempre en Ángel Medina, sobre los distintos cantos gregorianos repasando desde los orígenes hasta nuestros días sin olvidarse de Solesmes, Carlomagno, el Papado, Trento, Silos o nuestras Pelayas, de las distintas liturgias que acabarán prohibidas por la romana, trufado todo de anécdotas realmente jugosas. Impresionante el discurrir de la notación musical y su ejecución, las letras latinas, los tropos y secuencias, la tradición oral, el abrir los ojos sabiendo que siempre hubo disidentes que intentaban mantener lo propio como seña de identidad que no debemos perder, y siendo genial el juicio por considerar hereje la hispánica (visigoda y mozárabe), con la quema de los dos "misales" romano e hispano saltando éste del fuego que finalmente fue pateado por el rey Alfonso VI para volver a convencernos de que la ley es lo que diga el rey, tan vigente en pleno siglo XXI.
Igualmente maravilloso el análisis que el profesor Medina hizo de los "gori gori", onomatopeya infantil para expresar lo ilegible de los cantos en las misas de difuntos, explicándonos cómo se pagaban hasta no hace mucho, siendo una fuente de ingresos tan imponente lo que suponían esas liturgias cantadas a toda prisa, porque entonces los curas cumplían a rajatabla, o la visión que la orden de Cluny tenía, no ya del arte o la decoración llevada al mínimo, incluyendo el gregoriano melismático para despojarlo de tanto adorno -que finalmente no se llevó a cabo- y de la regla benedictina del ora et labora que aún hoy parece rota olvidando la segunda parte, puede que por considerar el trabajo como castigo divino para los católicos (cosecha propia). Sabedor de las críticas que los llamados gregorianistas tienen hacia estas visiones, su razonamiento es apabullante por aplicar el sentido común del conocimiento.
Simpática la reflexión sobre Cielo e Infierno, en manos de Dios, y el Purgatorio con entrada y salida, direcciones incluidas, cuyas llaves están manejadas por la Iglesia, inventora del lugar más concurrido de la eternidad. Admiración por el saber enciclopédico del egregio catedrático al que siempre da gusto escuchar.
Por supuesto que no podía olvidar en esta lección, imposible de resumir, hacer referencias al ritmo, la polifonía, los instrumentos que estaban presentes en las liturgias hasta que, como suele suceder, algún avispado decide prohibirlos, con todo lo que ello supuso, citando el curioso caso del serpentón.
Y así con todos los puntos desgranados durante más de una hora de estos "cantos gregorianos" sin olvidarse de los populares, transmitidos oralmente de generación en generación, manteniendo desde la lejanía la identidad y evitando prohibiciones al preservarse geográficamente, como su estudiada "Misa de gaita" que pondría el broche de oro a una clase tan amena que el tiempo pasó volando. Gracias a mi querido Medina y enhorabuena a la JAM de Asturias por seguir instruyendo y deleitando con palabras musicales y música sin palabras. Los jueves no son santos y hasta el 23 de abril queda mucho por delante.