Vamos a hablar sobre una enfermedad o afección que afecta a un 0.3% de niños en España. Lo que quiere decir un indice muy alto en referencia a otras enfermedades infantiles. La displasia es un problema que por lo general suele surgir en las caderas de los niños. Y que deberemos comenzar a tratar cuanto antes, para evitar secuelas a largo plazo. Si quieres saber más sobre la displasia en los niños sigue leyendo.
Definición de displasia.
La displasia, son anormalidades que se dan dentro de las celulas. Éstos es debido al proceso de maduración de las celulas, cuando surge un problema durante el mismo. Lo que se produce es una modificación en el ADN que no tendrá marcha atrás. Depende como sea la moficicación en las celulas, tendremos diferentes tipos de displasia.
¿Cómo afecta a los bebés?
La displasia más comun, es la que afecta a la cadera de los bebés y por consiguiente a las piernas del niño. De hecho, es la enfermedad más común de las que afectan a las extremidades de los niños.
El mayor problema, se produce en la unión del hueso de la pierna con la cadera. Ya que al haber una malformación en la zona de encaje de la cadera. Encontraremos que el hueso, no encaja como debería, con los consiguientes problemas para el niño.
Las causas más comunes de la displasia.
Aun existen muchos interrogantes sobre la displasia en los niños. Aunque son varias las teorias que intentan dar explicación a las causas de ésta malformación en la cadera del niño. A continuación tenemos un listado con algunas de las causas que se barajan a la hora de ver el motivo de la enfermedad:
- Si el bebé adopta una mala postura en el útero materno durante el embarazo.
- Si el útero cuenta con poca cantidad de liquido amniotico.
- Antecedentes geneticos.
- Si se da un embarazo multiple.
- En caso de sufrir hipertensión.
Cómo saber si sufre displasia
Desde el día del parto, los médicos analizarán visualmente al bebé. Una de las pruebas, que harán nada más nacer y en los siguientes días que acuda a ver al médico. Es la de la displasia de cadera. Para detectarla, no necesitamos ningún examen invasivo, sino que con la observación será suficiente para que el médico pueda sospechar si el niño sufre de displasia. Lo más importante, es ver y centrarnos más en las articulaciones del niño. ya que es donde mejor se verá. Debe tener las articulaciones bien pegadas y juntas, sin ningún abultamiento. Otra cosa que nos puede dar pistas, son los pliegues de las piernas del bebé. De hecho, todas estas pruebas que se realizan a los recien nacidos, se denominan como parte de un proceso. Las maniobras de Ortolani y Barlow.
En el caso de la displasia. La detección temprana es fundamental. ya que estamos hablando de la zona de las artículaciones, un punto muy sensible que puede afectarnos el resto de la vida. Además en los primeros meses, tendremos más posibilidades de modificar los problemas ocasionados. Digamos que tenemos como punto clave, el momento en que el niño comience a caminar. Será cuando el niño comience a forzar más las piernas y con ello las articulaciones, pudiendo emperorar el problema.
El tratamiento.
Cómo deciamos antes. La detección precoz, es fundamental. De hecho, si el caso lo detectamos antes de los seis meses, es posible que solamente con una terapia postural, el niño consiga mejorar.
Debemos pensar que no todos los casos son iguales, algunos son más leves y otros más pronunciados. Deberemos utilizar sistemas de sujección y posturas concretas para mejorar el estado del niño.