Es una lástima que casi ninguna soprano se anime a declamar este divertido poema que pensó Granados para la música incidental pianística del comienzo de esta bella canción. Os dejo aquí la letra:
De Goya sabréis, sin duda,
que fue un pintor sin igual,
pero no que fue un gallardo
y desenvuelto galán.
Por su estudio desfilaron
desde la manola audaz
hasta la dama tapada,
a quien Goya hizo inmortal.
Era ingenioso y valiente
hasta la temeridad...
Mezcla de señor y majo,
de torero y militar...
En fin, era Goya y Goyas
hizo Dios uno y no más.
Caballero cual nadie,
amador, tierno y audaz...
Y lo que occurió a aquel hombre
ahora mismo a escuchar vais.
Que los hombres de estos tiempos
oigan, comparen y ¡en paz!
A una dama, gran señora,
y muy famosa beldad,
allá junto al Manzanares,
enseñóla Goya a amar.
Cierta mañana de Julio,
de limpidez estival,
Goya y la dama del cuento
dialogaban a la par.
Él, que en todo era artista,
mirábala con afán,
en ese traje sin traje
único que Dios nos da.
Rompen de pronto el silencio
-Lo veré- dice el galán -,
que si es vuestra, en viendo el cuerpo
sabréis si es la que buscáis.
Y así fue; que el gran celoso
dio una vuelta y otra más
en torno de aquel desnudo
de belleza excepcional.
Sólo pudo la cabeza
la hermosa dama tapar:
el resto de sus encantos
quedaron en libertad.
Goya interpuso su cuerpo
entre ella y su gavilán,
que era marido celoso,
como ya se supondrá.
-¿Qué queréis? -pregunta Goya.
-La hembra que me arrebatáis.
-¿Es vuestra?- el pintor replica.
-La ley me la dio por tal.
-Si es vuestra -le arguye Goya-
bien hacéis si la buscáis;
mas ved que la hembra que escucha
no ha sido vuestra jamás...
-Lo veré -dice el celoso;
-No el rostro, dice el galán-,
que si es vuestra, en viendo el cuerpo
sabréis si es la que buscáis.
Y así fue; que el gran celoso
dio una vuelta y otra más
en torno de aquel desnudo
de belleza excepcional.
Hasta que, no hallando nada
que le hiciese sospechar,
saludó y al salir dijo:
-Me equivoqué, perdonad.
Y así se salvó la dama
de aquel marido tenaz
que nunca supo, cual Goya,
de la belleza gozar.
Porque hay maridos que tienen
cerca de sí una beldad
y no saben detallarla
si por ella preguntáis.
Eso hizo Goya, aquel Goya
majo, artista y militar,
que a los hombres dominaba
y a las hembras mucho más.
(Cantable) LA MAJA DE GOYA
Yo no olvidaré en mi vida
de Goya la imagen gallarda y querida!
No hay hembra ni maja o señora
que a Goya no eche de menos ahora!
Si yo hallara quien me amara
como él me amó,
no envidiara, no, ni anhelara
más venturas ni dichas yo.